lunes, 6 de abril de 2015

LA ONU (ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS) Y LOS DERECHOS HUMANOS

Una vez finalizada la guerra y al vislumbrar los insospechados niveles de destrucción y muerte a que se había llegado, las potencias triunfadoras se avocaron a encontrar las vías para construir un nuevo orden mundial. Así, en la Conferencia de San Francisco, celebrada en junio de 1945, representantes de 51 países dieron origen a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La finalidad de este organismo fue precisamente dar respuesta al anhelo de establecer un sistema que garantizara una paz duradera y fecunda, capaz de resolver los problemas políticos, sociales y económicos del mundo de posguerra.
Los fines de la ONU, fijados en la Carta de las Naciones Unidas, son:
1. El mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, de manera que las soluciones pacíficas sean las que predominen al haber conflictos.
2. El reconocimiento del derecho a la libre determinación de los pueblos, es decir, que cada nación es libre de elegir el camino que desea seguir.
3. El desarrollo y estímulo de los derechos y libertades.
4. La cooperación pacífica en cuestiones económicas, sociales, culturales,
educativas y sanitarias.
Asimismo, en el nuevo organismo, que venía a sustituir a la fracasada Sociedad de Naciones, debían estar representados todos los países del mundo, y sus oficinas especializadas –como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)–, debían encargarse de los grandes problemas de la humanidad en forma conjunta y programada.
En 1948, la ONU proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, buscando asegurar que no se repitieran nunca más los desastres de la Segunda Guerra Mundial, particularmente, el holocausto judío. Hasta hoy la declaración ha actuado como marco regulador del orden internacional, intentando hacer respetar los derechos fundamentales. En muchos casos no ha logrado este objetivo y en otros, como la confrontación entre el comunismo soviético y el capitalismo estadounidense, ha impedido que estas diferencias llegaran a conflictos armados.

Estructura
En el artículo 7, la Carta establece los órganos principales de la ONU:
• La Asamblea General: Está compuesta por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas. Tiene por misión discutir sobre cualquier asunto concerniente a la paz y seguridad internacional, y sobre aspectos internos de la Organización.
Tiene su sede en Nueva York.
• El Consejo de Seguridad: Está compuesto por quince miembros: cinco permanentes (Estados Unidos, Unión Soviética, China, Francia e Inglaterra, es decir, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial) y diez no permanentes, elegidos por dos años. Originalmente, los miembros no permanentes eran seis, los que fueron aumentados a diez en 1965. La función primordial del Consejo de Seguridad es mantener la paz y la seguridad internacional, y entre sus poderes se encuentra la capacidad para convocar una fuerza multinacional de paz, que actuará a nombre de la ONU.

Organismos especializados
• OIT: Organización Mundial del Trabajo.
• UNESCO: Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
• OMS: Organización Mundial de la Salud.
• FAO: Organismo para la Agricultura y la Alimentación.
• OMC: Organización Mundial de Comercio.
• OIEA: Organismo Internacional de Energía Atómica.
• FMI: Fondo Monetario Internacional.


Principales programas
• UNCTAD: Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
• ACNUR: Ofi cina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
• PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
• UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
• PNUMA: Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente.

LOS DERECHOS HUMANOS
A fines de la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de los genocidios y crímenes de lesa humanidad cometidos en ella, se produjo una sensibilización respecto de los derechos de las personas, lo que llevó a la internacionalización de los derechos humanos. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948, a la cual siguieron otras declaraciones de salvaguardia de los derechos de las personas. Entre ellas podemos destacar: Declaración Universal de los derechos del Niño, en 1959; Declaración sobre la eliminación de cualquier forma de discriminación racial, en 1963; Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer, en 1967; Declaración de los Derechos del Deficiente Mental, en 1971.
Así, los derechos humanos son los derechos reconocidos para toda la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas, que abarca a la gran mayoría de los Estados existentes y protegen a todas las personas, sea cual sea su origen, género, religión o condición socio-económica.
A continuación presentamos una selección de estos derechos.

• Artículo 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
• Artículo 2. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
• Artículo 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
• Artículo 4. Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
• Artículo 5. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
• Artículo 6. Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
• Artículo 7. Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
• Artículo 8. Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
• Artículo 9. Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
• Artículo 10. Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
• Artículo 18.Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Tomado de: Álvarez, Gonzalo y otros (2010). I Primero Medio, Historia, geografía y ciencias sociales, Ed. Ziig Zag., Santiago de Chile.

HIDALGO, Liliam Almeyda y otros (2011). 3 Historia y ciencias sociales. MN Editorial Ltda, Santiago, Chile.

LA REVOLUCIÓN CHINA

Durante la segunda mitad del siglo XIX, China sufrió la penetración de las potencias imperialis­tas de Inglaterra, Japón, Rusia, los Estados Unidos, Francia y Alemania. Todos estos países buscaban mercados para sus productos.

Fueron diversas las causas que motivaron esta acción. La población numerosa constituía un gran mercado, y la quinta parte disponía de ca­pacidad económica para comprar los productos europeos, además la gran extensión del territorio permitió contar con gran cantidad de materias primas, lo cual despertó la ambición de las po­tencias imperialistas.

Nacionalismo y movimientos campesinos
Los campesinos sometidos por los extranjeros se rebelaron en 1850 en Taiping. Fueron reprimidos por una coalición de ejércitos anglofranceses y norteamericanos.

En 1894, China perdió su dominio sobre Formosa y Corea con Japón; así mismo fue vencida en la Guerra de los Boxers, que había surgido para expulsar el intervencionismo extranjero.
Hacia el final del siglo XIX, se suscitaron nu­merosos movimientos populares en Cantón, Shangai y Tiensing, en los cuales participaron obreros, intelectuales y estudiantes. Se destacó el renacimiento chino organizado-en Honolulú con la dirección del doctor Sun Yat-Sen. Poste­riormente, se convertiría en el Partido Tun Men Huique, que encabezó en 1911, la primera fase de la Revolución china.

Las condiciones históricas de China hasta prin­cipios del siglo XX, provocaron una profunda  división interna causante de una transcendental revolución.
En el desarrollo de la revolución, se conside­raron dos fases: la creación de la República, y la Revolución popular.

Creación de la República (1911 -1925)
En 1912, después de una serie de huelgas y ma­nifestaciones en contra de la Dinastía Manchú, el Emperador renunció y se estableció la República bajo la presidencia de Sun Yat-Sen. Durante su corto período, fundó el Partido Nacionalista o Koumintang que fue una combinación de las tradiciones chinas con el pensamiento occiden­tal. Para unificar el país, Sun Yat-Sen fusionó el Koumintang con el Partido Comunista. Con el advenimiento de su muerte en 1925, el partido se dividió. Por un lado, el nacionalista dirigido por Chiang Kai-Shek, conformado por comerciantes, industriales y financieros que aspiraban sustituir a los extranjeros y apropiarse del mercado nacio­nal, y por el otro lado, los comunistas liderados por MaoTse-Tung que agrupaban a la clase obrera, campesina e intelectual deseosa de un cambio radical.

A la muerte de Sun Yat-sen, comenzó el gobier­no de Chiang Kai-Shek quien reprimió el sector comunista del partido, no realizó la reforma-agra­ria y además impuso impuestos a la población. Aprovechando el descontento, MaoTse-Tung organizó a los campesinos en guerrillas; los enfrentamientos entre nacionalistas y comunistas se intensificaron; los comunistas fueron derro­tados en 1934 y luego de una extensa y penosa jornada llamada la larga marcha, se replegaron hacia el norte de China.

Sin embargo, con el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial y la agresión japone­sa contra China, los ejércitos nacionalista y comu­nista se unieron para expulsar a los japoneses a los que vencieron en 1945.
Ya concluido el conflicto mundial, la Guerra Civil continuó, pero esta vez los nacionalistas recibieron ayuda de los Estados Unidos, y los co­munistas de la Unión Soviética.
Este conflicto se dio entre nacionalistas y comunistas durante el periodo 1945 y 1949. Después de un largo enfrentamiento, el 14 de diciembre de 1949, los ejércitos nacionalistas se entregaron a los comunistas. Ya para el 1 de octubre de ese mismo año, Mao había proclama­do en Pekín el establecimiento de la República Popular China. Los opositores se refugiaron en Formosa (Taiwán), isla donde Chiang Kai-Shek organizó la China nacionalista con el apoyo de los Estados Unidos.
Las condiciones del país dieron paso a un período de reconstrucción. Se desarrolló una política de unidad nacional denominada nueva democracia, con el propósito de estabilizar eco­nómicamente a la Nación.
Para consolidar estas medidas, en 1950 se pro­mulgaron nuevas leyes matrimoniales con el fin de modificar la estructura familiar de tipo patriarcal, con la incorporación de la mujer en el proceso de producción. Se decretó la reforma agraria, y los sec­tores básicos de producción pasaron a manos del Estado. En todo este camino, la ayuda financiera de la URSS fue muy importante.
En 1954, se proclamó la primera Constitución Socialista de la República Popular China, donde se eligió como Presidente a MaoTse-Tung y al primer Ministro Chou En-Lai. El poder público se confió al Partido Comunista y los planes económicos se­guían los modelos soviéticos. Mao se propuso ante todo cambiar las costumbres feudales de su país y hacer un reparto de las tierras, ya que estaban en manos de unos pocos. Con estos planes desató una campaña de terror en todo el país contra los terratenientes y la clase media. Más de cien mil personas murieron durante este período.
En 1958, lanzó la política del gran salto adelante, donde a partir de las comunas populares y con medios muy rudimentarios, masas populares. El gran apoyo popular a Mao se manifestó en carteles y manifestaciones populares que refor­zaron el culto a su personalidad. Mao se convir­tió en una especie de deidad a la que no podía contradecirse. Por ello, las persecuciones y los abusos fueron algo muy doloroso para la tradi­ción de la nueva República, que puso en peligro la estabilidad económica y condujo a muchas vejaciones.

El nuevo gobierno
Tras la muerte de los dirigentes Chou En-Lai y Mao Tse-Tung en 1976, China vivió una época de inestabilidad política; fue electo como Presi­dente Deng Xiao Ping, quien deseaba reformar el régimen y acercarse a occidente.
Xiao Ping inició su trabajo restableciendo las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, Japón y Francia.
Estas relaciones le permitieron avanzar significa­tivamente a su economía, pero descuidó la apertu­ra democrática de la sociedad, como se evidenció en la inconformidad registrada en los sucesos de la Plaza de Tiananmen en 1989. La manifestación fue reprimida severamente por el Gobierno con tropas armadas que mataron al menos a 400 civi­les, hecho que fue condenado por la comunidad internacional.
En marzo de 1993, se celebró la VIII reunión de la Asamblea Nacional Popular, donde se eli­gió a Jiamg Zemin como Presidente de China, al tiempo que se reeligió a Li Peng como Jefe de Gobierno.
Entre los problemas que enfrentó Jiang Ze­min como Presidente de China, estuvieron la pérdida de influencia del Partido Comunista, el incremento de la inflación y el déficit comercial. También se dio la entrega de Hong Kong a China por parte de Inglaterra.
En el XV Congreso del Partido Comunista Chino, que se realizó en septiembre de 1997, se apoyó el mantenimiento de la línea política conocida como marxismo neoliberal (donde los méritos y la competencia eran los factores claves para el desarrollo económico), se ratificó a Jiang Zemin como primer mandatario de la República para un período de cinco años, y se aprobó la reducción del aparato estatal con el despido de la mitad de los funcionarios, a fin de disminuir el gasto público.
En 2007, se reconoció la propiedad privada, pero la ley no la hizo extensiva a la tierra ni a los cultivos. En la actualidad, el Presidente de esta República es Hu Jintao.

CHINA - HONG KONG
Hong Kong, es una Península China que fue cedida a los británicos con carácter indefinido en el Tratado de Nanking, en 1942, para ponerle fin a la Guerra del Opio.
En 1984, se firmó el acuerdo que garantizó el traspaso a China de la soberanía sobre Hong Kong.
En 1997, China se comprometió a mantener el sistema capitalista en ese territorio por 50 años. El 1 de julio de 1997, el Gobierno Británico devolvió Hong Kong a China, que luego se convirtió en una región administrativa especial.
Hong Kong tiene su propia Constitución, conocida como la Ley Básica, y continúa siendo un enclave de la economía de mercado dentro de China.

CHINA - TÍBET
El Tíbet, es una zona de gran importancia estratégica para China, de una parte por su situación geográfica, fronteriza con la India, de otra parte por los recursos económicos de la región.
En 1950, después de la proclamación de la República Popular China, el ejército popular de este país se apoderó del Tíbet, hasta entonces una teocracia budista muy aislada del exterior. Esta situación forzó el exilio, en 1959, de su líder espiritual, el Dalai Lama y de miles de personas que se refugiaron en la vecina India, donde se estableció el gobierno del Tíbet.
Desde esta anexión, se lleva a cabo una política de colonización demográfica por parte de la etnia mayoritaria han. Cerca de 9 millones se han trasladado a la región de Tíbet. Por su parte, el Gobierno tibetano en el exilio, encabezado por el Dalai Lama, apostó por una resistencia de carácter político y no violento, y en 1987 presentó en el Congreso de los Estados Unidos un plan de paz basado en seis puntos:
  1. La transformación de Tíbet en una zona de paz.
  2. El fin a la colonización demográfica china.
  3. El respeto por los Derechos Humanos.
  4. Las libertades democráticas fundamentales.
  5. La protección del medio ambiente y la desnuclearización del Tíbet.
  6. La apertura de negociaciones sobre su futuro estatuto y sobre las relaciones    entre   el pueblo tibetano y chino, basado en él principio aplicado a Hong Kong.
El Dalai Lama se mostró favorable a la fórmula de "un país, dos sistemas". En la década de los noventa, se produjo una represión que rompió por una década las negociaciones entre China y el Tíbet.
En estos últimos años, se inauguró el ferrocarril entre Golmud (provincia de Qinghai) y Lhasa, capital del Tíbet, construido según las autoridades chinas con el fin de promover el turismo y el desarrollo en la región. Sin embargo, algunas personas consideraron que el objetivo de Beijing era alentar el arribo masivo de población del resto de China y así disipar la idiosincrasia del Tíbet.
Durante estos últimos años, las negociaciones aún continúan, pero no registran acuerdos significativos.


Tomado de: GUERRERO VILLAGRÁN y otros (2012), Nuevos Horizontes Sociales 9, Bogotá, pág. 102-110 Fondo Educativo Panamericano
Páginas varias.

AMÉRICA LATINA EN EL SIGLO XX

América Latina durante la primera mitad del siglo 20 . Desde principios del siglo 20, los sistemas sociales, económicos y culturales...