sábado, 5 de junio de 2010

SÍNTESIS DE LA EDAD MEDIA

La Edad Media es el milenio entre la caída del Imperio Romano de Occidente y la del Imperio de Oriente. Recibe su nombre porque los pensadores del Renacimiento la consideraron una época intermedia entre los dos grandes períodos de la humanidad: la Antigüedad y el propio Renacimiento.
Se inicia con las invasiones de los bárbaros, sobre todo de los pueblos germánicos que destruyen el Imperio Romano de Occidente. De los reinos bárbaros surgen después los Estados medievales, el más importante de los cuales es el Sacro Imperio Romano-Germánico.

El sistema social se basa en la servidumbre, en la que el siervo no es propiedad personal de su señor, pero tampoco es un hombre libre. Los siervos tienen obligación de entregar una parte de su trabajo, y también 'de laborar determinados días y de realizar determinadas faenas para su señor. Encima de la masa de siervos se establece toda una pirámide de señores feudales, en la que siempre un señor debe obediencia y vasallaje al superior, hasta culminar en el emperador, aunque en la práctica los señores son generalmente casi soberanos. Sus dominios, los feudos, se caracterizan por su economía localista; producen casi todo lo que consumen y consumen casi todo lo que pro­ducen. El comercio es mínimo.
La jefatura de la cristiandad de Occidente se disputa entre los Em­peradores y los Papas. En la Querella de las Investiduras se enfrentan ambas fuerzas, perdiendo finalmente las dos. La Iglesia, sobre todo en la primera mitad de la Edad Media, es la gran depositarla del conoci­miento y también de las técnicas de la época.
Dentro del sistema feudal surgieron las ciudades a partir del si­glo ix; son centros comerciales y artesanales que se desarrollan al restablecerse condiciones de cierta tranquilidad. Poco a poco fueron conquistando su libertad de los señores feudales. Se gobernaban por representantes de los artesanos (agrupados en gremios) y de los comerciantes (organizados en guildas), predominando casi siempre los últimos. A partir del siglo xi, se fundan en las ciudades las prime­ras universidades, que constituyen un gran factor para el progreso.
La cultura medieval es fundamentalmente religiosa. Predomina du­rante mucho tiempo el escolasticismo, que por medio de especulacio­nes racionales trata de conciliar los conocimientos transmitidos de los filósofos griegos con las afirmaciones de la Biblia. Casi no hay expe­rimentación ni observación directa de los hechos. Aparecen en Europa algunos pensadores, que ya exigen métodos de tipo científico. La In­quisición se encarga de castigar todo intento de pasar por encima de tan rigurosos límites, y dificulta con ello extraordinariamente el pro­greso de la ciencia y de las actividades intelectuales.
El arte, en el que predomina al principio el estilo románico y des­pués el gótico, tiene la misma característica teocéntrica. Su aspiración es llevar al hombre hacia dios, impulsar y fortalecer su sentimiento religioso y místico.
Desempeña un gran papel en la Edad Media europea la invasión de los árabes. Éstos son unificados por Mahoma (muerto en 632), bajo una religión monoteísta de inspiración judío-cristiana. Conquis­tan en muy breve tiempo desde la India hasta España y transmiten muchos conocimientos a Europa. La historia de España, desde el si­glo VIII hasta fines de la Edad Media, se caracteriza por la Recon­quista, la expulsión de los árabes.
En los siglos xi a xiii tienen lugar las Cruzadas. Su fin aparente es recuperar para el dominio cristiano los Santos Lugares de esta re­ligión, mas en realidad se trata de volver a abrir los caminos del comercio hacia los países de las especias. Su éxito militar es efímero, pero aunque los musulmanes reconquistan pronto el dominio total de Palestina y Siria, las Cruzadas son de gran trascendencia por llevar muchos conocimientos a Europa y por debilitar la estructura feudal.
Hacia fines de la Edad Media empieza a haber Estados centraliza­dos, sobre todo el de Francia, y tiene cada vez menos fuerza el sistema señorial. Sin embargo, sigue subsistiendo la servidumbre, base de toda la pirámide feudal. Adquieren más y más importancia las ciudades.
La descomposición que sufre el sistema feudal se manifiesta desde el siglo xii en diferentes herejías y otros movimientos religiosos, que expresan las nuevas necesidades y aspiraciones que van surgiendo.


TOMADO  DE: http://www.youtube.com/watch?v=vaG3iWRYBjg&feature=related

jueves, 3 de junio de 2010

TERCERA PARTE DE LA CONQUISTA DE COLOMBIA

Pedro Arias Dávila y el interés por una verdadera colonización
En 1513, la Corona nombró a Pedro Arias Dávi­la, más conocido como Pedrarias Dávila, gobernador de todo el territorio comprendido entre el Cabo de la Vela y Panamá. La sede de esta nueva jurisdicción sería Santa María La Antigua del Darién. La Corona dio gran importancia a esta nueva gobernación: la preparación del viaje duró casi un año y la Corona financió gran parte de los gastos de la expedición ya que estaba interesada en establecer en Suramérica una verdadera colo­nización que sirviera como base para explorar el resto del continente.

En 1514 partió de España la expedición, com­puesta por muchos barcos y cerca de dos mil personas entre las que se contaban, por primera vez, un grupo de mujeres blancas. Además, se nombró un obispo para Tierra Firme (Juan de Quevedo) y un historiador, Gonzalo Fernández de Oviedo, quien debía relatar los acontecimien­tos de la expedición. También se embarcaron algunos empleados reales, así como artesanos y agricultores. Los expedicionarios trajeron consi­go plantas y semillas propias de Europa al igual que ganado vacuno y cerdos para aclimatarlos en América.
Al llegar a Santa María, los españoles encon­traron una población compuesta por más de 150 bohíos donde habitaban unos 500 españoles y 1500 indígenas en calidad de sirvientes.

El gobierno de Pedrarias fue uno de los mayores desastres de la Conquista. Fueron fre­cuentes los conflictos internos que dividieron a los colonos. Hubo muchos abusos contra los indígenas, la mayoría de los cuales eran esclavi­zados y enviados a La Española para ser vendi­dos. Los indios se rebelaron y suspendieron el suministro de alimentos a los españoles. Las cosas se agravaron cuando el mal clima comenzó a afectar la salud de los colonos y a ocasionar un gran número de muertes.
Las cualidades de líder que tenía Vasco Núñez de Balboa provocaron la envidia de Pedro Arias, quien lo acusó de querer independizarse de la Corona. En 1519, Balboa fue juzgado y condena­do a muerte. Los colonos acusaron a Pedro Arias de haber asesinado a Balboa y de esclavizar a los indios, violando así las leyes de la corona caste­llana. En 1519, Arias Dávila decidió trasladar la población a la costa del Océano Pacífico en terri­torio panameño. Se fundó entonces la ciudad de Panamá (1519). 

Creación de la gobernación de Santa Marta 
Vimos como, a partir de 1500, la costa norte de Colombia estuvo sujeta al continuo desembarco de aventureros españoles, interesados única­mente en obtener oro y perlas y en capturar indios esclavos para venderlos en las Antillas. Sin embargo, los taironas, indígenas que habita­ban en esta región, se defendieron valerosamen­te y muchos murieron en combates contra los invasores.
Solo tres décadas después de la llegada de Colón a las Antillas la Corona comenzó a preocuparse por establecer una verdadera coloniza­ción en esta región, con el fin de impedir que continuara el saqueo. En 1524, Rodrigo de Bastidas, un comerciante sevillano que 22 años antes había recorrido la costa Atlántica de Co­lombia, consiguió un permiso de la Corona para establecer una nueva gobernación que debía contar con una población blanca estable. A cambio de poblar el territorio en nombre de la Corona castellana, los colonos recibían tierras y podían explotar las minas e intercambiar oro con los nativos, siempre y cuando entregaran una parte de lo obtenido a la Corona.
En 1525 Rodrigo de Bastidas fundó la ciudad de Santa Marta. En 1527 Bastidas se vio obligado a abandonar la población y viajar a Santo Domin­go, donde murió a causa de una grave herida. Rodrigo Alvarez Palomino quedó a cargo de la nueva población y la ciudad tuvo una prosperi­dad temporal, basada en el saqueo a las poblacio­nes indígenas. Pedro Vadillo fue nombrado gobernador de Santa Marta pero el saqueo y el abuso continuaron.
En 1528, el Consejo de Indias, alarmado por los abusos cometidos por los conquistadores, nombró un nuevo gobernador en Santa Marta. El nuevo gobernador, García de Lerma poco pudo hacer para controlar la ambición de los conquis­tadores. Los indígenas se negaron a proporcio­nar alimentos a los habitantes de Santa Marta quienes atacaban frecuentemente las poblacio­nes de los taironas para conseguir oro y ali­mentos.
García de Lerma murió en 1534 y su sucesor, Rodrigó Infante, encontró la ciudad en total decadencia debido a la escasez de alimentos y a la continua hostilidad de los indígenas. Infante abandonó la población sin esperar la llegada de su sucesor, Pedro Fernández de Lugo. 

Fundación de Cartagena de Indias 
En 1532, Pedro de Heredia, uno de los tenientes de las fuerzas de Vadillo, obtuvo de la Corona una licencia para explorar la zona de Calamary y someter a los indígenas. Al igual que Santa Marta, esta región había sido víctima de conti­nuos ataques y saqueos por parte de los españo­les. En 1533, Heredia fundó la ciudad de Cartagena de Indias, a pesar de la hostilidad de los indígenas. Heredia se preocupó por explorar la zona del Sinú donde encontró gran cantidad de tumbas indígenas, ricas en piezas de orfebrería. En 1540, obtuvo el título de gobernador.
Descubrimiento del territorio antioqueño por Francisco César.
En búsqueda del origen del oro acumulado por los indígenas del grupo sinú, Francisco César, uno de los soldados de Heredia, descubrió, en 1538, las montañas del territorio antioqueño. 

Primeros españoles en la costa colombiana del Pacífico 
Las expediciones que descubrieron la costa Pací­fica colombiana partieron desde la ciudad de
Panamá. El descubrimiento se llevó a cabo me­diante varias expediciones que tenían como finalidad llegar al Perú, donde se encontraba el rico y poderoso imperio de los incas. Según parece, el primer español que llegó a la costa del Pacífico en Colombia fue Pascual de Andagoya, en 1522. Poco después, en 1524, Francisco Pizarro y Diego de Almagro descubrieron otra parte de la Costa y la isla de Gorgona. El descubrimiento lo comple­tó, en 1526, Bartolomé Ruiz. 

Alemanes descubren el oriente colombiano 
En 1528, el rey de España, Carlos V, permitió a una compañía comercial alemana (la Casa Welser) la exploración del territorio de la costa norte de Venezuela. Este permiso fue concedido a los alemanes porque la Corona tenía deudas pen­dientes con dicha compañía. Ambrosio Alfinger quien estuvo a cargo de la expedición, fundó en 1529 la ciudad de Maracaibo y recibió el título de gobernador. 
Alfinger exploró los territorios del interior y llegó hasta la zona de los actuales departamen­tos de Cesar y Santander, donde murió a con­secuencia de un combate con los indios de Chinácota. En 1533, otro alemán, Jorge Spira, fue nombrado gobernador. Spira abandonó la gobernación y organizó una expedición hacia el sur, en búsqueda del famoso Dorado del que hablaban los indígenas. Fracasó en su intento y descubrió en 1535, los Llanos de Apure y de Casanare. 
Nicolás de Federmán, teniente de Spira, tenía la orden de seguirlo y, después de recorrer la Guajira, marchó hacia los Llanos. En 1539, llegó a territorio de los muiscas que ya estaba en poder de Gonzalo Jiménez de Quesada. 

Descubrimiento del sur del país 
Poco después del descubrimiento del Perú por parte de Francisco Pizarro, Sebastián de Belalcázar, quien formaba parte de las huestes de Pizarro, sometió a los indígenas de la región del Ecuador donde fundó, en 1534, la ciudad de Quito. Al norte de Quito se encontraban los indios pastos y quillacingas que rendían tributo al imperio inca. Belalcázar obtuvo informes sobre un pueblo indígena rico en piezas de orfe­brería y en 1534 envió un grupo de 55 hombres dirigidos por Pedro de Añasco a la región que habitaban los pastos. Seis meses después, un grupo de españoles dirigidos por Juan de Ampudia se sumó a la expedición de Añasco y juntos exploraron el territorio del actual departamento de Nariño, la región de Sibundoy y algunos hom­bres fueron enviados a la región del Patía. Con­tinuaron la marcha hacia el norte y recorrieron el territorio de los actuales departamentos de Cauca, Valle y parte del Quindío. 
En 1536, Belalcázar, a pesar de la oposición de las autoridades de Quito, se puso en marcha hacia el norte, al mando de un grupo de 200 espa­ñoles y muchos indios. El objetivo era unirse a las huestes de Ampudia y de Añasco en una villa que había sido fundada por los jefes de esta expe­dición. Belalcázar ordenó el traslado de esta villa a otro lugar, con el nombre de Santiago de Cali. A fines de 1536, Belalcázar marchó hacia el sur y fundó la ciudad de Popayán, la cual serviría de capital de la gobernación que Belalcázar quería solicitar a la Corona. Posteriormente, ordenó a Pedro de Añasco la fundación de Timaná y a Lorenzo de Aldana la fundación de la ciudad de Pasto, en la meseta que ocupaban los indios pastos y quillacingas (1539). 
Desde Popayán, Belalcázar organizó una nue­va expedición en búsqueda de El Dorado y descubrió el nacimiento de los ríos Magdalena y Cauca. Se dirigió entonces hacia el valle del Magdalena y cerca de la región de Neiva encontró huellas de la expedición de Jiménez de Quesada. Lo alcanzó Hernán Pérez de Quesada, quien había sido enviado por su hermano Gonzalo para averiguar la procedencia de la expedición. Belalcázar desvió su ruta hacia el territorio muisca en la cordillera Oriental y en 1539 se reunió con los hombres de Quesada y Federmán. 
Federmán, Quesada y Belalcázar viajaron jun­tos a Cartagena y de allí se dirigieron a España para solucionar el problema de los límites de las gobernaciones 

Primeras fundaciones en Antioquia, Caldas y Risaralda 
Como vimos anteriormente, Francisco César descubrió, en 1538, la región que actualmente ocupan los departamentos de Antioquia y Caldas. Pasada esta expedición, Juan Vadillo partió de Cartagena y recorrió nuevamente esta región llegando hasta el valle del río Cauca en 1538. En Cali, Lorenzo de Aldana le impidió poblar esta región y muchos de los hombres de Vadillo se unieron a las huestes de Belalcázar. 
Por orden de Aldana, Jorge Robledo fundó, en 1539, la ciudad de Cartago y Santa Ana de los Ca­balleros. En 1540, Robledo salió de Cartago y se dirigió hacia el norte acompañado de más de 100 hombres con los cuales llegó hasta la región habitada por los indios pozos, carrapas y pácoras. Allí se llevó a cabo una gran matanza de indíge­nas. Robledo regresó a Cartago y recorrió la re­gión de los quimbayas. 

Regreso de Belalcázar como gobernador de Popayán 
En 1540, Belalcázar regresó de España con el título de gobernador de la región de Popayán, la cual comprendía los territorios de Popayán, Cali, Pasto, Anserma, Cartago y Timaná. Robledo no aceptó la autoridad de Belalcázar y continuó la exploración de territorios en la región antioque- ña donde fundó, en 1541, a Santa Fe de Antio­quia. Robledo partió para España con la esperanza de conseguir el nombramiento de gobernador, pero fue apresado por Heredia quien alegaba que la jurisdicción de la gobernación de Cartagena también incluía la región antioqueña. En esta forma, estos territorios quedaron comprendidos en esa gobernación. 

Descubrimiento del centro del territorio colombiano 
Cuando el gobernador Fernández de Lugo llegó a Santa Marta en 1536, la gobernación se encon­traba en problemas dada la escasez de alimentos y la hostilidad de los indios. Ante esta emergencia, el gobernador ordenó al licenciado Gonzalo Jimé­nez de Quesada que emprendiera una expedición hacia el sur, en búsqueda del Perú y del naci­miento del Magdalena. Quesada siguió el curso del río y su expedición se convirtió en una verda­dera odisea. Contaba con unos 800 hombres, 70 caballos y 7 embarcaciones que esperaban reu­nirse en algún lugar de la marcha. Solo dos embarcaciones lograron llegar hasta Tamalameque y varios de los hombres que viajaban por tierra regresaron a Santa Marta.
Cerca de la serranía del Opón, Quesada encon­tró algunos bohíos abandonados, algunas mantas y sal diferente de la sal del mar. En búsqueda del origen de esta sal, Quesada cruzó el alto del Opón y encontró el territorio de los muiscas. La ferti­lidad de la tierra, el clima y la abundancia de mano de obra, animaron a Quesada a permane­cer en el territorio descubierto y colonizarlo. En 1538, Quesada fundó la ciudad de Santa Fe de Bogotá y en 1539 Gonzalo Suárez Rendón fundó la ciudad de Tunja. 
A comienzos del año 1539, se reunieron en la sabana de Bogotá, Belalcázar, Quesada y Nicolás de Federmán y después de muchas discusiones sobre los derechos que correspondían a cada uno de ellos, decidieron viajar a España para dejar que el Consejo de Indias decidiera sobre el asunto. 
La región descubierta por Quesada recibió el nombre de Nuevo Reino de Granada.
PRIMERAS POBLACIONES COLOMBIANAS FUNDADAS EN EL SIGLO XVI

Descubrimiento de la costa colombiana del Atlántico por comerciantes buscadores de oro y perlas

El primer castellano que pisó tierras colombia­nas fue Alonso de Ojeda, en 1499. Ojeda, quien había obtenido una licencia para rescatar oro y perlas en Tierra Firme, partió de Santo Domin­go, acompañado por sus socios Juan de la Cosa y Américo Vespucio. Su expedición, que contaba con cuatro carabelas, recorrió la costa venezo­lana desde el golfo de Paria y llegó hasta la penín­sula de la Guajira, donde dio el nombre al Cabo de la Vela. La expedición regresó con oro, perlas y esclavos que fueron vendidos en España. 
El verdadero descubridor de la costa Atlántica colombiana fue Rodrigo de Bastidas, quien en
1502 la recorrió desde la península de la Guajira hasta el golfo de Urabá. Bastidas fue recibido pacíficamente por los indígenas y comerció con ellos mediante el rescate, o sea, el intercambio de objetos europeos por oro, perlas y algodón. En su viaje descubrió la desembocadura del río Magda­lena.

En 1502, Ojeda llevó a cabo un segundo viaje a la costa del Atlántico. Esta vez, venía con el propósito de organizar en Tierra Firme una colo­nización permanente. Ojeda se limitó a estable­cer un fuerte en Bahía Honda, al cual dio el nombre de Santa Cruz, que desapareció rápida­mente debido a los continuos ataques de los nativos. En realidad, lo más importante para Ojeda no era poblar las tierras descubiertas sino obtener ganancias mediante el rescate de oro y perlas. 

Esclavización de los indígenas 
En los primeros tiempos del Descubrimiento, el objetivo de los viajes de los castellanos a la costa Atlántica colombiana era obtener ganancias sufi­cientes para financiar nuevas expediciones y dar buen rendimiento a los capitales invertidos. Por esta razón, estos viajes se limitaron a intercam­biar baratijas europeas por el oro y las perlas que poseían los indígenas. 
Sin embargo, a partir de 1503, el interés por la costa del Atlántico fue distinto. La mano de obra escaseaba en La Española y en otras islas antilla­nas y por esta razón fue necesario esclavizar indígenas de tipo caribe que habitaban en la costa. En 1500 la reina Isabel rechazó las activi­dades esclavistas de Colón y declaró que los indí­genas se debían considerar como vasallos libres de la Coron.a castellana. En 1503, se permitió que se esclavizaran los indios cautivos en justa gue­rra, es decir, aquellos que no aceptaran el cristianismo y que practicaran el canibalismo. Los indígenas más rebeldes eran los de lengua caribe y al amparo de esta ley los castellanos cometie­ron muchísimos abusos esclavizando una gran cantidad de indios. Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa dieron informes falsos al afirmar que todos los indígenas de la costa del Atlántico eran cari­bes y que, en consecuencia, podían ser esclavi­zados

Primeras colonizaciones: creación de las gobernaciones de Nueva Andalucía y Castilla de Oro

Varios años pasaron desde el descubrimiento de la costa colombiana del Atlántico y, sin embargo, Castilla no contaba aún con ninguna fundación en esta región, que se convirtió en tierra de na­die, donde se capturaban indios esclavos para lle­varlos a las Antillas.

La reina Isabel de Castilla falleció en 1504. En su testamento, nombró a su hija Juana la Loca como heredera de sus dominios y encargó de la regencia a su marido, Fernando de Aragón. Las cortes castellana aceptaron la regencia de Fer­nando pero Felipe el Hermoso, esposo de Juana, reclamó la Corona a don Fernando quien se retiró a sus territorios en Aragón. Felipe no se preocupó por los asuntos americanos y a su muerte, en 1506, un consejo de regencia presi­dido por el cardenal Cisneros llamó nuevamente a don Fernando para que se hiciera cargo de la Corona de Castilla.
Don Fernando tuvo como propósito estimular la colonización de Tierra Firme y por esta razón creó dos gobernaciones en la costa norte de América del Sur: la gobernación de Nueva Anda­lucía (o Urabá) que comprendía los territorios desde el Cabo de la Vela hasta el golfo de Urabá y la gobernación de Castilla de Oro (o Veragua), con jurisdicción en tierras centroamericanas. Nueva Andalucía le fue entregada a Alonso de Ojeda.
Ojeda partió de Santo Domingo en 1509 con un barco y dos bergantines y su expedición estaba compuesta por 200 hombres. Tenía la intención de fundar una población en la región de Calamary (donde se encuentra hoy localizada la ciudad de Cartagena), pero los indígenas, cansados de los continuos asaltos de los caste­llanos, reaccionaron violentamente. Ojeda con­tinuó la marcha hasta el golfo de Urabá, donde fundó San Sebastián, que se convirtió en la pri­mera población de españoles en Suramérica. Desde allí trató de pacificar a los indígenas pero fracasó en su intento. Los alimentos eran muy pocos y muchos hombres se enfermaron. Ojeda se vio obligado a abandonar el poblado y regre­sar a Santo Domingo para pedir ayuda. Nunca regresó, pues falleció el mismo año.
La situación en San Sebastián se hizo insopor­table y los hombres que allí se encontraban deci­dieron regresar a Santo Domingo, comandados por Francisco Pizarro. Al llegar a Calamary, se encontraron con los hombres de Martín Fernán­dez de Enciso, antiguo socio de jeda, quien venía de la isla de La Española con refuerzos para ayudar a los habitantes de San Sebastián. Enciso obligó a Pizarro a regresar a San Sebastián, pero al llegar a la población, ésta había sido completa­mente destruida por los indígenas. Desespera­dos, los españoles trasladaron la población a otro lugar. En 1510, se fundó otro poblado que recibió el nombre de Santa María La Antigua del Darién. Los castellanos, descontentos con Enci­so, desconocieron su autoridad y Vasco Núñez de Balboa quedó al mando de la población. Balboa ganó rápidamente la amistad de los indígenas y con su colaboración fue posible que la población de Santa María progresara. Entre tanto, Diego de Nicuesa, quien había sido nombrado gobernador de Castilla de Oro, reclamó que Santa María se encontraba dentro de los límites de su goberna­ción. Nicuesa trató de apoderarse del poblado en 1511, pero fracasó.
Desde Santa María, Vasco Núñez de Balboa organizó una expedición a territorio panameño y guiado por informaciones de algunos indígenas descubrió el Océano Pacífico en 1513.

AMÉRICA LATINA EN EL SIGLO XX

América Latina durante la primera mitad del siglo 20 . Desde principios del siglo 20, los sistemas sociales, económicos y culturales...