África es el tercer continente más
extenso del mundo, con una superficie aproximada de 30.200.000 km2.
Su población alcanza los 1130 millones de habitantes. Este vasto territorio
está conformado por 54 Estados constituidos, dos Estados que cuentan con
reconocimiento parcial y 8 territorios dependientes, que pertenecen a España,
Francia y Gran Bretaña.
La mayor parte de los Estados africanos
se formaron a mediados del siglo XX. a partir del proceso de descolonización,
mediante el cual las colonias europeas alcanzaron su independencia.
Existen dos áreas o regiones culturales
bien definidas en el continente, que son el África septentrional y el África
subsahariana.
África Septentrional
Esta región se caracteriza por el
predominio de la lengua árabe y la religión musulmana en su población. Se
extiende entre el mar Mediterráneo v el desierto del Sahara. Desde 2011, parte
de esta región ha sido afectada por fuertes transformaciones políticas y
constantes guerras civiles, lo que ha disminuido radicalmente su desarrollo. En
ella se pueden distinguir tres subregiones que son: el Magreb, el valle del
Nilo y el Cuerno de África
- El Magreb. Se localiza al
noroeste de África y está compuesto por Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y
Libia, países cuya economía se basa en la explotación de petróleo y gas natural
y que, por su ubicación, pueden desarrollar un intenso comercio con Europa.
- El valle del Nilo. Se encuentra
en el noreste de África y lo integran Egipto Sudán. Este último se dividió en
2011. En estos países predomina la agricultura y la extracción de petróleo.
- El Cuerno de África. Esta
subregión región está integrada por Etiopia Somalia Eritrea y Djibouti. países
frecuentemente afectados por la pobreza, la sequía y los conflictos civiles.
Es la región ubicada al sur del desierto
del Sahara. Los límites entre los Estados de esta región fueron trazados
por las potencias colonialistas sin considerar la gran diversidad cultural
existente en ella. Esto ha sido un factor relevante en los constantes
conflictos políticos que la afectan, agravados por la pobreza en la que viven
la mayor parte de sus habitantes. En el África subsahariana se distinguen tres
subregiones: la occidental, la central, y la meridional.
África Occidental. Está conformada por Malí,
Níger, Senegal, Togo. Gambia. Burkina Faso, Ghana, Guinea, Liberia, Sierra
Leona Costa de Marfil, Benín, Nigeria, Guinea-Bissau y Cabo Verde, países con
bajo desarrollo económico y economías basadas en la agricultura, la extracción
de minerales y el petróleo. Las condiciones de vida de su población son
precarias debido a los altos índice de pobreza y desigualdad, además de las
epidemias y frecuentes guerras civiles.
África Central. Es la subregión
integrada por República Centroafricana Chad, República Democrática del Congo,
Burundi, Ruanda. Camerún, Kenia, República del Congo, Guinea Ecuatorial. Gabón,
Angola, Kenia, Tanzania y Zambia. Estos países cuentan con abundantes recursos
y algunos han logrado proyectarse a mercados externos, mientras que otros
presentan un limitado desarrollo humano debido a constantes conflictos étnicos.
África Meridional. Está formada por Namibia,
Botswana, Sudáfrica, Lesotho y Swazilandia. Esta región presenta una gran
variedad de recursos naturales y economías más sólidas. Sin embargo, persisten
en ella desigualdades sociales, derivadas del pasado colonial, que obstaculizan
su desarrollo.
Los aspectos
políticos
África presenta una situación política
de permanente inestabilidad, derivada de la colonización por parte de países
europeos, que establecieron los límites de las colonias según sus intereses y
no consideraron a los pueblos nativos, de modo que las etnias rivales quedaron
como parte de una misma colonia, mientras que otros pueblos fueron separados
por límites artificiales. Este ha sido el factor principal en las guerras
civiles, como la que produjo el genocidio en Ruanda, en 1994. Por otra parte,
aunque los Estados africanos son independientes, continúan dependiendo
económicamente de las potencias occidentales.
Solo dos países, Sudáfrica y Ghana,
poseen sistemas democráticos plenos, mientras en la mayor parte de los estados
africanos las leyes y las elecciones son manipuladas por los grupos de poder.
Son frecuentes los golpes de Estado dirigidos por militares o por grupos
insurgentes. Hasta 2011 en África septentrional, predominaban regímenes autoritarios,
algunos de los cuales fueron derrocados por alzamientos o guerras civiles, como
la que azota hasta el presente a Libia.
Los aspectos
económicos
La economía africana presenta un bajo
desarrollo y una alta dependencia respecto de los países industrializados.
Algunos países han crecido gracias a la exportación de materias primas y
energía a países como China e India. Las principales actividades económicas de
África son:
La agricultura. Esta actividad sufre una
escasez de agua crónica, adornas de falta de inversión y tecnología. Hl 30,6 %
de los suelos agrícolas se dedican vil pastoreo mientras que solo el 8,6% a
cultivos permanentes y tierras arables. Existe una agricultura de subsistencia,
destinada al consumo familiar, y una agricultura comercial, que produce café,
cacao, maní y algodón, para la exhortación. Sin embargo, África debe exportar la
mitad de los alimentos que consume, especialmente cereales.
La minería. África posee grandes
yacimientos do fosfatos, hierro, diamantes, oro, petróleo y gas natural, además
de reservas de uranio, cobalto y platino.
La industria. Presenta un escaso desarrollo
debido a la falta de capital, de mano de obra e infraestructura y a la
inestabilidad política. Pre-dominan las industrias de bienes de consumo,
alimentos y textiles, concentradas en puertos y ciudades de países como
Nigeria, Libia, Argelia, Egipto y Sudáfrica.
El comercio. Durante los últimos años ha
aumentado el comercio entre países africanos y se han formado algunas zonas de
libre comercio como la Unión Aduanera del Sur de África.
La población africana
Desde mediados del siglo XX, la
población de África presenta una tasa de crecimiento demográfico mayor que el
promedio mundial. En la actualidad, este índice es de 2,4% en promedio para el
continente. Por otro lado, el 41% de la población africana es menor de 15 años,
lo que lo señala como el continente con mayor cantidad de población infantil y
juvenil.
Alrededor del 50% de la población
africana se dedica a actividades agrícolas, aunque en países como Burkina Faso
y Madagascar este porcentaje supera el 80%. Países como Sudáfrica, Gabón y
Namibia, en cambio, tienen alrededor de un 60% de su población en el sector de
servicios, mientras que en Egipto, Marruecos y Sudáfrica tienen más del 20% de esta
vinculada a la industria.
La población urbana y rural
La mayor parte de la población africana
se concentra en las regiones costeras, mientras que en el interior hay zonas
despobladas, como el desierto del Sahara. Aunque solo el 40% de la población
africana vive en ciudades, la población urbana está creciendo al doble que la
rural, lo que genera una acelerada urbanización.
Las mayores ciudades son El Cairo
(Egipto), Lagos (Nigeria) y Kinshasa (República Democrática del Congo), con más
de 10 millones de habitantes cada una. Otras ciudades de importancia son Jartum
(Sudán), Luanda (Angola), Alejandría (Egipto), Abiyan (Costa de Marfil),
Johannesburgo y Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y Nairobi (Kenia).
Las principales problemáticas del
continente
El problema central de la población
africana es el escaso desarrollo económico, cuyas características más
representativas son:
• El hambre, es una de las causas más
elevadas de mortalidad infantil con 62 niños por cada mil nacidos vivos, además
de una esperanza de vida de solo 59 años.
• La falta de servicios básicos, pues en
algunas regiones menos de la mitad de la población tiene acceso al agua potable
y los servicios de saneamiento son prácticamente inexistentes.
• La expansión de enfermedades
infecciosas como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida), la malaria
o el paludismo, que se expanden en el continente y generan enormes epidemias.
• El deterioro del medioambiente, que es
generado por las sequías y la degradación de los suelos.
• Los frecuentes conflictos armados en
el interior de los estados, por las rivalidades entre diversos grupos étnicos
que se disputan el acceso a los recursos o el poder.
• El neocolonialismo o dependencia
económica de los países africanos respecto de las potencias occidentales. Los
recursos mineros son extraídos y comercializados por empresas multinacionales
de países desarrollados que no invierten los beneficios que obtienen en los
países donde operan.