América Latina durante la primera mitad del siglo 20.
Desde principios del siglo 20, los sistemas sociales, económicos y culturales que, aunque existían desde el periodo colonial en la región, comenzaron a transformarse y era un paso a sociedades republicanas, divididas en clases sociales, con gobiernos autoritarios o democráticos y con incipientes economías capitalistas.
Economía y sociedad
Desde el siglo XIX, los países latinoamericanos siguieron un modelo de desarrollo guiado por exportaciones, pero comenzó a buscar incorporarse en la economía mundial, exportando minerales y productos agrícolas. En los inicios del siglo XX, la mayoría de los países habían logrado este objetivo y con los capitales obtenidos desarrollaron redes de transporte y profundizaron Sus intercambios comerciales dando origen a economías de tipo capitalista.
Un elemento central en el desarrollo de estas economías fue el aumento de los flujos de capitales provenientes de Estados Unidos y Reino Unido por medio de empréstitos., inversión en infraestructuras e instalación de compañías
Este modelo económico afectó la demografía continental al movilizar la población Internamente y trayendo consigo la inmigración extranjera, sobre todo en Brasil, Argentina y Uruguay, en donde la mano de obra era escasa. Además, a la transformación de la economía aceleró el proceso de urbanización y crecimiento de las ciudades. Sumado a esto, se dio una mejora en las condiciones de vida y nuevos avances en la medicina. El resultado de esos procesos fue que en los primeros 20 años del siglo XX, la población de América Latina se duplicó.
En este periodo también se presentó la conformación de nuevas clases sociales, entre las que se destacan la clase media y la clase obrera o proletaria. La primera provenía de la burguesía estatal y ocupaba los puestos intermedios en las compañías extranjeras y nacionales. Mientras que la segunda tuvo su origen en los grupos de trabajadores y artesanos del siglo XIX, los cuales se fueron adaptando los avances en la industria, al desarrollo de las ciudades y a todo el proceso de modernización que se incorporaban en los países latinoamericanos durante esta época.
Procesos políticos y Latinoamérica hasta 1930.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la política Latinoamericana. varió entre la Revolución, la democracia y las dictaduras.
La Revolución mexicana.
Los antecedentes de la Revolución mexicana provienen de los problemas sociales y políticos que se presentaron en el Gobierno autoritario de Porfirio Díaz (1877 – 1911). Entre ellos coma la concentración de la propiedad de la Tierra, que obligó a los campesinos y los indígenas a vivir como jornaleros, la formación de un proletariado en el sector petrolero industrial que se va mejores condiciones de vida y la oposición de la clase media al monopolio que ejercían las compañías inglesas y norteamericanas sobre la explotación de los recursos naturales
Todo esto llevó a que coma entre 1910 y 1920, varios grupos sociales se levantaran contra por El porfiriato. La Revolución se puede dividir en varias etapas.
- La Revolución Maderista (1910-1913). El político Francisco Madero se levantó contra el régimen de Díaz a finales de 1910, apoyado por varios Líderes campesinos, entre los que se destacaron Emiliano Zapata en Morelos y Francisco Pancho Villa en Chihuahua. Madero había tratado de llegar al poder por la vía electoral, pero fue encarcelado por días. Madero logró ir a Estados Unidos y desde aquí organizó la Revolución. Díaz fue derrocado en 1911 y madero asumió la Presidencia. Durante su gobierno se presentaron diferencias con los líderes campesinos coma, pues madero se negó a llevar a cabo algunas propuestas planteadas por ellos.
- Revolución constitucionalista (1913 – 1917). En 1913, madero sufrió un golpe militar por parte del general victoriano Huerta y, Posteriormente, fue asesinado. Esto generó una reacción contra la nueva dictadura encabezada por los empresarios Álvaro Obregón y Venustiano Carranza. En respuesta, más de 25000 revolucionarios ocuparon tierras y ciudades. En 1914 el movimiento logró la caída de Huerta y Carranza asumió la Presidencia.
Sin embargo, Carranza perdió el apoyo a los líderes Zapata y Villa. Esto se debió a que los ejércitos revolucionarios representaban tendencias ideológicas. Muy diversas debido a su conformación heterogénea. La facción de Villa abogaba por una reforma agraria; la de Zapata buscaba la construcción de un sistema cercano al socialismo, la de Carranza quería crear un Gobierno constitucional.
- Consolidación de la Revolución (1917 – 1920) el Gobierno de Carranza logró cierta estabilidad hasta 1917., con la firma de la Constitución de 1917, la cual se caracterizó por un carácter reformista y por abarcar los siguientes puntos: función social de la propiedad, resolución de las tierras ilegalmente expropiadas a los campesinos, protección al obrero, derecho de Agremiación y a la huelga, reducción del poder eclesiástico, recuperación del dominio de sectores productivos de la minería y el petróleo. Los gobiernos posteriores implantaron tímidas reformas agrarias, incentivaron la industria y el nacionalismo.
Chile.
Tras el fin de la Guerra Civil de 1891, se instauró en este país la República Parlamentaria que con los ingresos de la exportación de cobre y nitratos construyó infraestructuras, industrias y servicios públicos. De esta República, se destacó el gobierno de Arturo Alessandri (1920-1925) que modernizó el Estado, impulsó reformas económicas y afrontó la organización de movimientos sociales.
En 1927, el general Carlos Ibáñez del Campo llegó al poder y fortaleció el sistema presidencialista e implemento políticas de tipo populista. Sin embargo, su gobierno terminó en 1931 cuando los efectos negativos de la Crisis de 1929 llevaron a los trabajadores y a los estudiantes a movilizarse masivamente en su contra.
Uruguay
A finales del siglo XIX, Uruguay desarrolló una importante industria, basada en la crianza de ganado, que lo ubicó entre los países más ricos del continente. Su capital, Montevideo, era un puerto comercial donde confluían las mercancías europeas.
Entre 1904 y 1918, el presidente José Batlle y Ordóñez impulsó transformaciones económicas y un programa de bienestar social. En 1916, estableció la gratuidad total de la educación y el matrimonio civil. En la década de 1920, el país recibió más de 200 mil migrantes europeos con los que creció la mano de obra, se superó la crisis propia de la I Guerra Mundial y se desarrolló un importante ambiente cultural de carácter cosmopolita.
Argentina
Entre 1880 y 1916, una alianza entre los terratenientes y los exoficiales militares con la oligarquía caudillista generó un gobierno conservador que trajo estabilidad al país y favoreció el comercio, la construcción de ferrocarriles y la migración de casi dos millones de europeos. Al final de la Primera Guerra Mundial, Buenos Aires era una gran metrópoli cultural y comercial, con una intensa actividad portuaria. En 1914, el ferrocarril atravesaba casi todo el país y la idea de llevar "civilización" a las pampas "deshabitadas y salvajes" determinaba la relación entre la capital porteña y las provincias.
Sin embargo, la presión popular llevó a que se aprobara la Ley electoral de 1912 que instauró el voto secreto y obligatorio, esto abrió el camino para que en 1916 la Unión Cívica Radical llegara al poder con Hipólito Yrigoyen. Este gobierno que se benefició de la bonanza petrolera buscó la renovación del Estado, apoyó los movimientos universitarios y creó leyes de arrendamiento para el sector agrario. El gobierno radical se extendió hasta 1930 cuando los militares dieron un golpe de Estado.
La República de Brasil
En 1889, Brasil terminó su era imperial y estableció la primera República. Entre 1889 y 1930, su población se duplicó gracias a las políticas de inmigración y al auge de las plantaciones cafeteras. Río de Janeiro y Sao Paulo recibieron la nueva mano de obra europea. Entre 1915 y 1930, el país enfrentó períodos de agitación social encabezados por las clases trabajadoras y medias de las ciudades. El sistema político se desestabilizó por las rivalidades entre los políticos de Sao Paulo y Minas Gerais, que no compartían los mismos intereses económicos y se enfrentaban por la creciente corrupción estatal. El 3 de noviembre de 1930, el ejército intervino con un golpe de Estado que puso en el poder al general Getúlio Vargas.
Procesos políticos en Latinoamérica después de 1930
La Crisis de 1929 generó una coyuntura económica difícil que tuvo varias res-puestas por parte de las sociedades de América Latina. Algunas apoyaron la formación de gobiernos populistas que se definieron como populares, nacionalistas y antioligárquicos. Pero en otras zonas, sobre todo en Centroamérica, predominaron las dictaduras militares con apoyo de los Estados Unidos.
El Estado Novo en Brasil
Entre 1930 y 1945, Brasil fue gobernado por el militar Getúlio Vargas. Durante este período, el Estado Novo, o Estado Nuevo de Vargas, inspirado en el modelo corporativista portugués de Oliveira Salazar, aplicó políticas de intervencionismo estatal, con carácter populista, tanto en lo social como en lo económico. Se combatió el desempleo al incentivar la producción y el consumo dentro del país, mientras se limitaban los beneficios para la oligarquía. Además, durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Vargas controló las exportaciones, sentó las bases de la industria pesada e impulsó las obras públicas.
Pese a esto, con el paso del tiempo, el gobierno se fue tornando en una dictadura, al prohibirse los partidos políticos y disolverse las asambleas de los diferentes Estados. Esto llevó a que, en 1945, algunos militares realizaran un golpe de Estado contra Vargas. Sin embargo, en 1951 este líder, ganó las elecciones y volvió al poder. En respuesta, grupos políticos apoyados por los militares y la burguesía hicieron fuerte oposición a sus políticas llevándolo a renunciar y a suicidarse en 1954.
Bolivia
Este país estuvo desde 1899 bajo el gobierno del Partido Liberal que convirtió la minería de estaño en la principal fuente de ingresos nacional. Luego, en 1920, el poder pasó al Partido Republicano que, por medio de una gran deuda externa, construyó caminos y vías férreas. Sin embargo, entre 1932 y 1935, Bolivia luchó por el control de la región del Chaco contra Paraguay en una sangrienta guerra que diezmó los recursos del país. Desde 1936, los militares asumieron el gobierno, pero la inestabilidad política siguió.
Entonces, en 1952 Víctor Paz Estenssoro, representante de las clases medias urbanas y con una fuerte influencia de las ideas nacionalistas y marxistas, llegó a la presidencia del país y puso en marcha una política populista que nacionalizó las minas y llevó a cabo una tímida reforma agraria que dio algunas parcelas a los grupos indígenas. Sin embargo, estas medidas no se aplicaron en su totalidad por el bajo precio de los minerales y por el alto monto que tuvo que pagar el gobierno por las nacionalizaciones.
Ecuador
El presidente José María Velasco Ibarra dominó la vida política de Ecuador entre 1930 y 1950. Fue elegido cuatro veces por las vías democráticas en 1934- 1935, 1944-1947, 1952-1956, 1960-1961, pero impuso un gobierno de carácter autoritario, sostenido sobre su figura como caudillo político. Impulsó el desarrollo económico y puso al país en contacto con el mundo, pero su concepción del Estado impidió la inclusión de los movimientos indígenas y campesinos. Sus políticas económicas beneficiaron a los hacendados y los comerciantes dueños de la tierra.
Argentina
En 1930, el General José Félix Uriburu dio un golpe de Estado y reinstauró a la oligarquía tradicional en el poder, pero la crisis económica mundial, la caída del comercio exterior y el descontento social trajeron una mayor inestabilidad. Por ello, en junio de 1943, los militares realizaron otro golpe de Estado y establecieron un gobierno en que emergió la figura del coronel Juan Domingo Perón. En este gobierno, Perón ocupó la dirección de la Secretaría de Trabajo y Previsión desde la cual emprendió políticas sociales que beneficiaron a las masas populares, anteriormente excluidas de la democracia.
En 1946, Perón fue elegido como presidente y luego, fue reelegido en 1951. Durante sus mandatos, se estableció un gobierno populista con políticas que beneficiaron a las masas populares. Además, se apoyó la industrialización y se construyó un modelo de Estado llamado Justicialismo que pretendía ser una tercera vía entre el capitalismo y el comunismo. En sus gobiernos, Perón estuvo acompañado por su esposa, Eva María Duarte, conocida como Eva Perón, quien con su personalidad carismática y programas sociales ganó la simpatía del pueblo.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la reactivación del comercio con Europa dio al gobierno argentino los recursos para nacionalizar las compañías de comunicación y de transporte, reformar el sistema educativo y construir hospitales y escuelas. Sin embargo, en 1955, luego de varias crisis económicas y enfrentamientos políticos con la oposición. Perón fue derrocado por una alianza entre civiles y militares.
Venezuela
Entre 1908 y 1935, Venezuela fue gobernada por la dictadura militar de Juan Vicente Gómez que tuvo cuantiosos ingresos debido a las exportaciones de petróleo. Tras la muerte del dictador, el poder fue ejercido por Eleazar López Contreras (1935-1941) e Isaías Medina (1941-1945) que no lograron obtener apoyo popular.
Entonces en 1945, el representante del Partido Acción Democrática, Rómulo Betancourt, fue instaurado en el poder mediante un golpe militar, que buscaba incluir en la vida política del país a sectores marginados. A este le siguió, Rómulo Gallegos, quien fue derribado del poder por el ejército, para ser remplazado por Marcos Pérez Jiménez, quien gobernó de 1952 a 1958. Pérez desarrolló una política anticomunista y realizó grandes inversiones en infraestructura, apoyado por Estados Unidos, con el fin de desarrollar la explotación de petróleo.
Las dictaduras centroamericanas
En la primera mitad del siglo XX, Centroamérica fue gobernada por varias dictaduras corruptas y clientelistas que fueron apoyadas por Estados Unidos, en la medida que favorecieran a sus empresas exportadoras de banano, tabaco y azúcar, y mantuvieran el control social aplicando una fuerte represión sobre la población.
Entre las dictaduras más importantes estuvieron: en Guatemala, Jorge Ubico que gobernó entre 1931 y 1944. En Honduras, gobernó Tiburcio Carias de 1932 a 1949. En República Dominicana, Rafael Trujillo, quien permaneció en el poder entre 1930 y 1961. En Cuba gobernaron los dictadores Gerardo Machado, de 1925 a 1931 y Fulgencio Batista, de 1952 a 1959. Este último fue derrocado por la Revolución cubana en 1959.
Los movimientos sociales
Desde los inicios del siglo XX, los campesinos, los indígenas, los obreros y los estudiantes fueron adquiriendo conciencia social de sus intereses y bajo la influencia de las ideologías antiimperialista, socialista y anarquista desarrollaron movimientos sociales, por medio de los cuales lucharon por obtener reconocimiento social, participación política y mejores condiciones de vida.
Sociedad y vida cotidiana
En los inicios del siglo XX, los países latinoamericanos experimentaron una serie de transformaciones sociales de gran envergadura, entre ellas:
• El crecimiento demográfico. Latinoamérica experimentó un crecimiento demográfico sin precedentes al pasar de 30 millones de habitantes en 1900 a 165 millones en 1950. Este fue el resultado de la llegada de oleadas de inmigrantes europeos y la introducción de mejoras, sobre todo en las ciudades, en los servicios públicos y en la salud.
• El desarrollo tecnológico. Entre 1900 y 1950, aparecieron en la región nuevas formas de entretenimiento y comunicación, como la radio, el teléfono, el fonógrafo y el cinematógrafo. Además, se difundieron nuevos medios de transporte como los ferrocarriles, los automóviles y los primeros aviones. Todo esto transformó la vida cotidiana de la población.
• La urbanización. Desde las décadas de 1920 y 1930, las ciudades capitales del continente se convirtieron en grandes centros de intercambio comercial y cultural. Con la llegada de los migrantes, las urbes cambiaron su estructura apareciendo barrios periféricos para los sectores populares, edificios residenciales para las clases medias y viviendas de lujo para las personas adineradas.
Sociedad de masas
La llegada de nuevas tecnologías y entretenimientos permitieron una nueva mirada hacia el mundo. Entre 1910 y 1920, se produjeron las primeras películas en Argentina y México, pero fue entre 1930 y 1950 cuando el cine latinoamericano tuvo su Edad de Oro, con películas protagonizadas por figuras de la música como el triguero argentino Carlos Gardel, o los melodramas mexicanos de María Félix, Pedro Armendáriz y Jorge Negrete.
A mediados de la década de 1920, surgieron nuevos géneros de música popular en el continente. En los cafés y los clubes nocturnos sonaban tangos argentinos, sambas brasileras, bambucos colombianos y corridos y boleros mexicanos.
El papel de la mujer
El siglo XX abrió espacio para que las mujeres participaran de la misma educación que los hombres, y accedieran a espacios de sociabilidad como la universidad, las calles y los salones de té. Además, las mujeres conformaron gran parte de la nueva mano de obra que se incorporó a las industrias textiles. Entonces, las mujeres aprovecharon estos espacios para reclamar sus derechos civiles.
Sus primeras victorias fueron alcanzadas en la década de 1920, cuando el derecho al voto comenzó a serles otorgado en un largo proceso que duró hasta los años cincuenta. Los primeros países en conceder el voto a las mujeres fueron Uruguay en 1927, Ecuador en 1929, Cuba en 1930, Brasil y Puerto Rico en 1932, Argentina en 1947 y Colombia en 1957. Por otro lado, su labor dentro de los movimientos obreros de los años 20 fue fundamental. Las mujeres conformaron gran parte de la nueva mano de obra que trabajaba en las industrias textiles de varios países y en las luchas campesinas por la tierra. Muchas mujeres fueron participantes activas en la Revolución mexicana.
Además, las mujeres también empezaron a ser visibles en el campo cultural. Allí destacaron poetas como Gabriela Mistral (ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1945) en Chile; Blanca Varela en Perú, Alfonsina Storni en Argentina y la pintora Frida Kahlo en México.
Revoluciones en América Latina
En 1948 se reunieron en Bogotá los representantes de todos los países del continente americano para fortalecer el llamado panamericanismo, es decir, la asociación y la cooperación a partir de la creación de la Organización de los Estados Americanos, OEA. Este organismo tuvo una marcada influencia estadounidense debido a que la entrada de América Latina en la Guerra Fría la había colocado en la órbita de los países del bloque Oeste, de tendencia capitalista.
A pesar de que los gobiernos populistas habían introducido algunas reformas, América Latina continuaba dominada por pequeñas élites, había pobreza extrema y la participación política de las clases populares era mínima. Ante esta situación, se formaron movimientos revolucionarios y partidos políticos que empezaron a exigir una rápida transformación de la sociedad latinoamericana.
La Revolución de Guatemala
El inconformismo por la dictadura de Jorge Ubico, quien había llegado al poder en 1931, causó que la población guatemalteca, encabezada por estudiantes universitarios, llevara a cabo una revolución en 1944, que puso fin al gobierno. La junta revolucionaria nombró presidente provisional al coronel Jacobo Árbenz; posteriormente, asumió el poder como presidente el profesor Juan José Arévalo, quien realizó una serie de reformas tendientes a democratizar a la sociedad.
En 1951, Árbenz volvió al poder, esta vez como presidente elegido, y continuó con el programa revolucionario de corte nacionalista iniciado por su predecesor. Comenzó un proceso de reforma agraria cuyo objetivo fue la confiscación de las tierras bananeras que estaban en propiedad de la compañía estadounidense United Fruit Company. Las expropiaciones no fueron bien vistas por la compañía ni por el gobierno de los Estados Unidos. En respuesta, EE.UU. acusó a Árbenz de comunista y organizó una invasión militar a Guatemala con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de los opositores del Gobierno. El general guatemalteco Carlos Castilla Armas apoyó la invasión y posteriormente encabezó un gobierno dictatorial hasta su muerte, ocurrida en 1957.
La Revolución boliviana
Hacia los años cincuenta, Bolivia era uno de los mayores productores de estaño del mundo, sin embargo, las ganancias por las exportaciones quedaban en manos de una pequeña élite. Ante la pobreza, los mineros y campesinos bolivianos, que en su mayoría eran indígenas, empezaron a exigir reformas económicas y políticas, exigencias que fueron escuchadas por el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), un movimiento radical nacionalista fundado en 1942. En 1951, Víctor Paz Estenssoro, candidato del MNR, ganó las elecciones presidenciales, pero no logró posesionarse ya que la élite del país, apoyada por las fuerzas militares, llevó a cabo un golpe de Estado para evitar su ascenso al poder. Esta acción causó el levantamiento de los obreros y campesinos bolivianos quienes hicieron posible el retorno de Paz Estenssoro en 1952. La revolución se prolongó hasta 1964, cuando Paz Estenssoro fue derrocado.
La Revolución cubana: heroísmo y resistencia
La isla de Cuba soportó años de intervencionismo estadounidense. Para el año de 1952, la situación llegó a un extremo crítico cuando Fulgencio Batista lideró un golpe de Estado e implantó un régimen dictatorial que contó con el apoyo del gobierno norteamericano. En contraprestación, Batista permitió a empresarios y mañosos estadounidenses la instalación de todo tipo de negocios.
El inicio de la revolución
Las nuevas condiciones impuestas por la dictadura de Batista motivaron la movilización de muchos estudiantes, intelectuales y políticos inconformes, quienes comenzaron a organizar un movimiento de oposición. Uno de los líderes en esta fase fue el estudiante de derecho Fidel Castro Ruz, quien el 26 de julio de 1953 dirigió la toma del Cuartel Moneada, la segunda guarnición militar del país, ubicada en Santiago de Cuba. Castro pasó un período de tres años en la cárcel como castigo por el ataque al Moneada. Batista, presionado por las movilizaciones internacionales, tuvo que Armar una amnistía que dejó libre a Castro, que había sido sentenciado a 15 años de prisión. En 1956, Castro creó el Movimiento 26 de julio (M-26), una organización que pretendía terminar con el régimen dictatorial en la isla.
Dos meses después, Castro viajó a México donde organizó una pequeña guerrilla. En esa época conoció al carismático Ernesto "Che" Guevara, quien a partir de ese momento integraría el ejército rebelde de Castro. En noviembre de 1956, Castro y un grupo de hombres abordaron una pequeña embarcación llamada "el Granma" para regresar a la isla y atacar al ejército de Batista.
A pesar del optimismo de los hombres, el ataque fracasó y muchos murieron a manos del ejército oficial. Fidel Castro y un pequeño grupo de 20 hombres logra-ron refugiarse en la Sierra Maestra; a partir de 1957 la guerrilla castrista ganó más popularidad y comenzó su expansión por el territorio cubano.
La conquista de la revolución
Luego de múltiples victorias en batallas contra el ejército de Batista, Fidel Castro logró avanzar hacia Santiago de Cuba. El 28 de mayo de 1958 Batista huyó hacia República Dominicana. Finalmente, el 1 de enero de 1959, las tropas comandadas por Fidel entraron triunfantes a Santiago.
Las decisiones políticas y económicas tomadas por el gobierno de Castro luego de la Revolución cubana ocasionaron el disgusto del gobierno norteamericano, que comenzó el bloqueo económico de la isla. Para ello, redujo su exportación de petróleo y dejó de comprar azúcar y otros productos cubanos. Ante esta situación, la Unión Soviética ofreció ayuda económica a la isla; se comprometió a comprarle azúcar y a abastecerla de petróleo. De este modo, la economía cubana giró hacia el bloque oriental. En respuesta, el gobierno estadounidense decidió buscar una salida militar al problema. En abril de 1961, algunos emigrantes cubanos, entrenados y armados por el ejército de Estados Unidos, intentaron invadir a Cuba. La invasión, que se realizó por Bahía Cochinos, intentaba convocar a más cubanos que estuvieran insatisfechos con la Revolución. Pero no ocurrió así, pues el intento de invasión fracasó y los cubanos exaltaron su orgullo por la Revolución y la declararon de carácter marxista leninista, es decir, bajo la influencia ideológica del comunismo. Al año siguiente, el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, denunció la construcción de bases de lanzamiento de misiles por parte de la Unión Soviética en Cuba. Por este motivo se generó la llamada crisis de los misiles, ante la cual Estados Unidos ordenó el bloqueo naval de la isla, lo que dio lugar a la situación más tensa de la Guerra Fría. Finalmente, la URSS accedió a retirar los cohetes.
Dictaduras militares
Tras la muerte de Kennedy, se anunció una importante rectificación política internacional de Estados Unidos. En el caso de los países latinoamericanos, ya no se trataba de imponer la democracia representativa, sino que se volvió más importante contar con aliados que apoyaran los intereses estadounidenses. En consecuencia, las dictaduras militares dejaron de ser mal vistas por parte de Estados Unidos.
En las décadas del sesenta y setenta, los golpes militares se convirtieron en algo corriente. Pero hubo una diferencia fundamental en cuanto a las dictaduras anteriores. Ya no era un general o un coronel quien, con apoyo de sus compañeros, se lanzaba a la conquista del poder, sino que era la corporación militar la que intervenía en la vida política. Esta situación se facilitó por el surgimiento de una conciencia corporativa entre los oficiales, por la creciente burocratización de los ejércitos y por una mayor participación de estos en la vida económica. El intervencionismo militar fue fomentado, además, desde la sociedad civil, pues los partidos políticos tradicionales se mostraron débiles.
Hasta ese momento, los militares habían justificado su intervención haciendo referencia a situaciones excepcionales, que requerían su presencia en el gobierno. Pero ahora, las Fuerzas Armadas asumieron el poder de manera directa. La aprobación de Estados Unidos para algunos de estos golpes fue vista como una manera de legitimación de los gobiernos militares.
Los regímenes militares surgidos a partir de la segunda mitad de la década del sesenta fueron conocidos como burocrático-autoritarios. El Estado, controlado por los militares, buscaba completar el desarrollo del país a través de la industrialización, pues consideraban que la ausencia de desarrollo abría la puerta al comunismo.
Terrorismo de Estado El nuevo papel de los militares se apoyaba en la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional. Por definición, la justificación de la existencia de las Fuerzas Armadas de un país era la defensa del territorio nacional, pero la doctrina de Seguridad Nacional modificaba esta perspectiva: las fronteras que las Fuerzas Armadas debían custodiar no eran ya exclusivamente las que separaban el país de otros países, sino las que dentro del propio país dividían a los partidarios del mundo occidental de los defensores del comunismo.
Esto tuvo el inconveniente de que cualquier manifestación social era considerada comunista. En este contexto, apareció la “guerra sucia”, en la cual cualquier método represivo era válido. Proliferaron entonces los grupos paramilitares, el secuestro, la tortura, el asesinato y la desaparición de personas.
En otras palabras, se institucionalizó el terrorismo de Estado y la violación de los Derechos Humanos.
Chile: de Allende a Pinochet
Una de las dictaduras Latinoamericanas fue la de Chile en 1973, con el general de ejército Augusto Pinochet. Tres años atrás, en 1970, el socialista-marxista Salvador Allende, candidato de la Unión Popular UP, fue elegido presidente. Desde un comienzo, la victoria de Allende no fue aprobada por Estados Unidos. La CIA, aseguró que la campaña de Allende había recibido dinero del gobierno de Cuba, por lo cual, el presidente Nixon ordenó evitar que Allende asumiera la presidencia. En medio de la oposición de Estados Unidos, Allende inició la socialización del país dentro del modelo constitucional democrático. Su política se encaminó hacia la nacionalización del cobre, para poner fin al monopolio de Estados Unidos; de igual manera, inició una reforma
agraria. Esta política, que afectaba los intereses de las clases altas y, desde luego, de Estados Unidos, dio lugar a un bloqueo económico del país que lo llevó a una aguda crisis. La situación se agravó cuando Allende
prosiguió su política nacionalizadora. Además, su cercanía con el gobierno de Cuba molestó a los opositores de la Unión Popular. Ante esto, el 11 de septiembre de 1973, se produjo un golpe de Estado dirigido por Pinochet, quien instauró una dictadura. Durante los violentos hechos del 11 de septiembre en la Casa de la Moneda, sede presidencial, Allende se suicidó.
Una vez Pinochet se posesionó en la presidencia, asumió la dictadura, la cual se consolidó mediante la eliminación de sus opositores. Muchos jóvenes, obreros y todos aquellos que se opusieron al régimen dictatorial
fueron desaparecidos; otros tantos padecieron castigos severos y, por último, un gran número de chilenos cayó víctima de las balas del gobierno dictatorial.
Argentina
Otra dictadura Latinoamericana fue la que se estableció en Argentina entre 1976 y 1981, con Jorge Rafael Videla. En 1974, Videla, general de brigada, fue nombrado comandante del ejército argentino por la presidenta del momento María Estela Martínez de Perón, conocida como Isabelita. Dos años más tarde, en marzo de 1976,
Videla encabezó un golpe de Estado que sustituyó a Martínez de Perón por una junta militar integrada por él mismo y otros miembros de las Fuerzas Militares. La Junta Militar, inicialmente con el apoyo de Estados Unidos y de la CIA, inició la represión contra la oposición.
El nuevo gobierno detuvo y torturó a cientos de opositores, incluyendo a quienes ofrecían apoyo profesional a los perseguidos. Asimismo, se establecieron centros de detención para llevar a cabo estas tareas. Las personas detenidas en estos centros eran denominadas “desaparecidos” y gran cantidad de ellos fueron ejecutados y sepultados en fosas comunes. En 1982, el gobierno militar emprendió la Guerra de las Malvinas contra Inglaterra, en la cual intentó movilizar la oposición gobiernista contra el enemigo exterior. Sin embargo, la evidente derrota provocó la caída de la junta militar y, en 1983, después de un debate electoral, triunfó el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín.
La democratización de América Latina
Las dictaduras Latinoamericanas comenzaron a dar signos de agotamiento desde fines de la década del setenta. En 1979, el gobierno militar ecuatoriano permitió las elecciones. El mismo año, la revolución encabezada por el sandinismo derrocó al dictador nicaragüense Anastasio Somoza. Perú en 1980, Honduras en 1981 y Bolivia en 1982 continuaron la secuencia de transiciones a la democracia. La dictadura argentina se desmoronó a partir del fracaso de la Guerra de las Malvinas. Uruguay y Brasil tuvieron elecciones en 1984 y Chile, en 1989. También ese año cayó la dictadura de Stroessner en Paraguay. De esta manera, y en el lapso de una década, las naciones de Latinoamérica retornaron al orden democrático constitucional. Veamos algunos casos:
Argentina. Las violaciones de los derechos humanos por parte de las dictaduras militares dieron lugar a un fuerte descontento popular. El enfrentamiento con Inglaterra por las islas Malvinas y la posterior derrota aceleró el proceso de salida de los militares de la vida política. El general Reynaldo Bignone, miembro de la junta militar, llamó a elecciones en 1983, las cuales ganó Raúl Alfonsín.
Chile. Cuando la dictadura se hizo insostenible, Pinochet se vio obligado a convocar un plebiscito en 1989 para sondear entre los chilenos el tipo de gobierno que quería el país. Los chilenos expresaron su deseo de volver a la democracia. Ese mismo año convocaron elecciones libres, las cuales fueron ganadas por Patricio Aylwin.
Factores que explican la democratización La retirada de los gobiernos militares de la escena política Latinoamericana fue fruto de factores mundiales, regionales y locales.
El período 1979-1990, en el que se registró la vuelta a los gobiernos civiles, mostró que las causas internacionales y regionales no tuvieron efectos simultáneos o uniformes en cada país. Sin embargo, se pueden
mencionar dos elementos que tendieron a favorecer el proceso:
El primero fue la crisis económica mundial, que repercutió en la deuda externa, acentuando el deterioro económico. Los tiempos difíciles ayudaron, generalmente, a un cambio de gobierno. Sectores de la población, que anteriormente habían apoyado o visto con indiferencia los golpes de Estado, les negaron legitimidad a esos procesos.
El segundo de los elementos fue la política regional de Estados Unidos. El cambio se generó cuando asumió la presidencia el demócrata Jimmy Carter (1976-1980). Durante su gestión dio más importancia que sus predecesores a un cambio democrático en América Latina, fundamentalmente en lo concerniente a los derechos humanos. Los gobiernos posteriores, de los republicanos Ronald Reagan (1981-1989) y George Bush (1989-1993), aunque no compartían la política de Carter sobre los Derechos Humanos, estaban a favor del
proceso de desmilitarización.
La transición hacia la democracia
En la transición de los regímenes autoritarios a los democráticos, además de los factores mencionados, fueron decisivas las circunstancias particulares de cada país.
En algunos casos, como en Argentina y Bolivia la transición fue desencadenada por el fracaso y la división de los militares. En otros casos, como Brasil, Uruguay y Chile, los gobiernos militares consiguieron imponer una
transición negociada en términos aceptables para las Fuerzas Armadas.
Uno de los puntos críticos de esa negociación fue la limitación de las investigaciones y los juicios acerca de las violaciones de los derechos humanos cometidas por los gobiernos militares. El gobierno civil debió decidir si iba a procesar o no a los responsables. La decisión dependió, en general, de la solidez o de los apoyos políticos que tuvo el gobierno, de la presión pública para que se hiciera algo, de la fuerza que tuvieron las Fuerzas Armadas y, fundamentalmente, de la opinión de los líderes políticos sobre la conveniencia de negociar un tema que podía acelerar o retrasar el proceso de desmilitarización. En Uruguay, por ejemplo, el problema se resolvió a través de un plebiscito, en la que la ciudadanía apoyó la decisión parlamentaria que aprobó la “Ley de caducidad”.
El tema de la amnistía de los militares continúa siendo un problema más o menos vigente en distintos países.
Otro tema vigente es el de la influencia política que mantenían los militares en los países que retomaban la democracia. Esa influencia fue, y continúa siendo, diferente en distintos países.
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