miércoles, 8 de abril de 2020

LA COLONIA EN AMÉRICA


ECONOMÍA
       La economía española en América, durante la Colonia, se basó principalmente en la minería, el comercio, la ganadería y la agricultura.
La minería. Las necesidades del capitalismo europeo llevaron a que España centrara su atención sobre su producción. Los principales centros mineros se encontraban en los virreinatos de Perú y Nueva España (México), aunque otros territorios, como la Nueva Granada, también producían metales precio­sos. España requirió de ellos para sostener los gastos que le demandaban las guerras que sostenía en Europa.
La agricultura. Se desarrolló notablemente, de manera especial con la introducción de técnicas europeas y el cultivo de nuevos productos como el trigo, la cebada y la caña de azúcar.
La agricultura estaba en función de abastecer las necesidades de la gran cantidad de mano de obra que tenían las minas. Con la decadencia de la explotación minera en la segunda mitad del siglo XVII, aparecieron grandes haciendas y plantaciones cuya producción se exportaba.
La ganadería. Se desarrolló intensivamente en las regiones en donde no había una producción minera o agrícola, o en donde las condiciones del terreno lo favorecían. Este fue el caso de las colonias del río de la Plata, al sur del continente, o en los Llanos Orientales.
El comercio. Generalmente estuvo monopolizado por España bajo el control de la Casa de la Contratación de Sevilla. Sólo hasta el siglo XVIII se desarrolló un intercambio comercial más activo y con menos obstáculos.
Mano de obra gratuita
      El éxito de estos aspectos económicos fue posible gracias a la explotación de la mano de obra. Durante los primeros siglos de la Colonia, los españoles organizaron la encomienda. Se trataba de la entrega de un grupo de indígenas a un español para que los evangelizara, pero en realidad fueron utilizados como mano de obra en la producción agrícola y minera. Este abuso ocasionó grandes conflictos sociales en la Colonia. Una vez suspendida la encomienda se organizó la mita.
La mita
      El sistema llamado mita, en Perú, o Coatequil, en México, consistía en que cada grupo de indígenas estaba obligado a enviar algunos de sus miembros a trabajar en diferentes actividades económicas, rotando la mano de obra durante semanas o meses. Las tareas más fuertes y que acarrearon la muerte de muchos indígenas fueron las de las pesquerías de perlas en el mar Caribe y la minería en la región Andina.
Las minas de Potosí
      Esta mina, ubicada en Bolivia, fue célebre por la producción de plata y por la excesiva explotación de mano de obra indígena, lo que generó muchas muertes. En la década de 1570, se utilizó el mercurio para aglutinar la plata. Los indígenas eran forzados a caminar sobre grandes pozos para que el mercurio se mezclara con el mineral y separara la plata. Por ser un elemento muy venenoso, el mercurio causó muchas pérdidas humanas.
La esclavitud
      El sistema económico de la Colonia diezmó gravemente a los indígenas. La codicia de los europeos por los metales preciosos requería del trabajo de muchos hombres, por eso esclavizaron a miles de africanos para llevarlos a las colonias americanas.
      La trata o el comercio de personas sometidas a esclavitud ya era conocida en España antes del siglo XV. Desde el principio, el tráfico estuvo controlado por comerciantes portugueses que tenían enclaves o factorías sobre la costa africana. La llegada de esclavizados a América fue aceptada por la Corona como una forma de disminuir la explotación de los indígenas y de compensar su amplia mortandad.
      En el siglo XVI, mediante licencias reales, se permitió la entrada de unos 4.000 esclavizados por año a las colonias. La Corona recibía impuestos por cada uno de ellos. Pero la escasez de los ingresos generados por este negocio llevó a la Corona a idear otro sistema llamado asiento, que abrió este tráfico a particulares. Se estima que unos 300.000 africanos fueron transportados a América española entre 1550 y 1640

LA SOCIEDAD COLONIAL

      El encuentro de tres grupos tan distintos: indígenas, africanos y europeos, fue constituyendo una sociedad mestiza. La estructura social colonial se estratificó de acuerdo con los colores de la piel.
En la punta de la pirámide se encontraba el español y desde allí se iba ramificando la sociedad de acuerdo con la “pureza” de la raza y la sangre. Así se crearon las castas. Esto permitió a los espa­ñoles, como minoría, dominar las inmensas mayorías.
     Para consolidar la sociedad colonial fue importante que estas mayorías de negros, indios y mestizos se unificaran con los espa­ñoles aprendiendo su lengua, su religión y sus costumbres.
      El español siempre ocupó un lugar privilegiado en la sociedad. Sólo ellos podían acceder a los puestos de funcionarios. Esta situa­ción creó el recelo de los criollos, quienes eran hijos de españo­les nacidos en América, lo cual provocó en el siglo XVIII el ambiente propicio a la independencia.
      El otro poder que favoreció el sostenimiento de esta sociedad fue la Iglesia. La Corona estableció un pacto con el papado que reci­bió el nombre de Patronato Regio, mediante el cual la Corona podía organizar la Iglesia en Indias. La evangelización fue su misión principal. También la inquisición formó parte de las fun­ciones de la Iglesia.
El mestizaje en la colonia
      En los países colonizados por España, se produjo un continuo procese de mestizaje. Esto quiere decir que los españoles tuvieron encuentros sexuales que produjeron hijos con los indígenas y, más tarde, con los africanos esclavizados.
      Los mestizos recibieron una herencia combinada, pues biológicamente juntaban rasgos de su padre y su madre. El mestizaje también generó múltiples combinaciones en cuanto a la herencia social y cultural, pues se crearon nuevas maneras de clasificar a las personas, al tiempo que las cosmovisiones y los saberes de los pueblos se intercambiaban y surgían nuevas tradiciones. El mestizaje se dio sobre la base de relaciones de poder muy desiguales, con expresiones claras de la violencia que caracterizaron a la conquista y la colonización y, en gran medida, como producto de la imposición de la voluntad de los hombres españoles.

La vida cotidiana de las mujeres en la sociedad colonial
     Las criollas españolas tenían una vida asociada al matrimonio, se dedicaban a su papel de madres, esposas y a enseñar los valores culturales y morales a su familia. Aquellas que ingresaban al convento tenían la oportunidad de educarse y desarrollar aptitudes para la música y la literatura. En algunos casos excepcionales, algunas ejercieron labores administrativas en los negocios que heredaban de sus maridos tras quedar viudas.
    Las mestizas, aparte de cuidar su hogar, tenían labores productivas en el comercio, en las tareas agrícolas, o en el trabajo doméstico como sirvientas, lavanderas, costureras y fabricantes de velas o cigarros.
    Muchas mujeres indígenas eran separadas de sus grupos y se empleaban como sirvientas o tenían actividades en el comercio, en el que aprendían a usar la moneda y el idioma español. Esto se debió a que la organización social de los grupos nativos fue desestructurada por los españoles.
    Las mujeres esclavas africanas eran matronas o cuidadoras de leche de los niños, blancos, a quienes amamantaban por igual que a sus propios hijos. Algunas laboraban como panaderas o lavanderas en las ciudades. En el campo trabajaban junto con sus esposos o como sirvientas de los dueños de las haciendas o las minas. Eran propiedad de las mujeres criollas y consideradas como objetos por la sociedad colonial, hasta la abolición de la esclavitud.

La administración colonial
      La colonización fue controlada por el Estado español a través de dos aspectos: las Leyes de Indias y un rígido aparato burocrático.
     Durante la Conquista se establecieron las capitulaciones, que fue­ron contratos establecidos entre la Corona y el conquistador, los cuales comprendían títulos, tierras y poder.
      Con la organización de la Colonia aparecieron las Leyes de Indias. Era un código jurídico mediante el cual se sistematizaron las instituciones que organizaron la sociedad colonial. Estas leyes concretaron la tendencia del Estado español en las colonias: el centralismo.
     Se creó para tal fin un amplio sistema burocrático que dependía directamente del rey. Los principales organismos de este sistema fueron:
      El Consejo de Indias. Fue creado en 1525 por Carlos V, a semejanza de otros que ya existían en España. El consejo dic­taba las leyes, vigilaba su ejecución mediante inspectores, reglamentaba la organización administrativa y protegía a los indios. En él se resolvían los asuntos de las colonias y nombraba a los funcionarios más importantes.
     La casa de la Contratación. Creada en 1503 por los Reyes Católicos. Esta institución dirigía desde Sevilla el comercio y la navegación.
     La Real Hacienda. Estaba encargada de la administración eco­nómica y la recolección de los impuestos en las colonias.
     Para que el sistema administrativo funcionara, se crearon ini­cialmente dos virreinatos: Nueva España (México) en 1534 y Perú en 1543. Los virreinatos eran extensas demarcaciones territoriales gober­nadas por un virrey, quien era nombrado directamente por el monarca. Constituía el reemplazo del rey en las colonias. Sólo hasta el siglo XVIII se crearon dos nuevos virreinatos, el de la Nueva Granada y el del Río de la Plata. Los dos fueron segrega­dos del Perú, por ser éste muy extenso.
     Los virreinatos se dividieron a su vez en gobernaciones. El gober­nador debía rendir cuentas al virrey. A su vez, la gobernación esta­ba dividida en municipios, y cada uno de éstos estaba gobernado por un ayuntamiento o cabildo, conformado por regidores.      Para la administración de justicia, el órgano más importante fue la audiencia, constituida por oidores y jueces, quienes además asesoraban al virrey en sus funciones. Detrás de cada una de estas entidades, había un ejército de escribanos, alféreces, alcaldes y visitadores, entre otros.


Otras potencias coloniales en América
     Las riquezas que el Imperio español comenzó a obtener con la Con-quista y la Colonización de América despertaron el interés de otros imperios como Portugal, Francia, Holanda e Inglaterra. Cada uno de estos reinos tuvo una historia particular en los territorios que logró controlar y tuvo que enfrentar diversos conflictos con las poblaciones nativas, los esclavos africanos y las demás potencias europeas por el control de las riquezas de las colonias en América.

Portugal
     El navegante portugués Pedro Álvarez Cabral llegó en 1500 al Brasil. Esta región eventualmente se convertiría en la principal colonia del reino portugués, pese a que al comienzo solo se establecieron en las zonas de la costa Atlántica. Desde allí, los portugueses establecieron contacto con las poblaciones indígenas con quienes intercambiaban productos europeos por palo de Brasil, un árbol del cual se extraía una tintura rojiza que se usaba para teñir telas.
Control del territorio brasileño
     A partir de 1530, la corona portuguesa decidió impulsar la ocupación del Brasil debido a que, por tener tan poco control del territorio, existía el riesgo de que otras potencias como España, Holanda y Francia le disputaran su colonización. Debido a esto, en 1535, la Corona otorgó a los nobles extensos territorios llamados capitanías, que se extendían como franjas desde la costa Atlántica hacia el interior del continente.
     Los nobles que recibieron estos territorios se llamaron donatarios, los cuales se comprometían a usar sus fortunas particulares para colonizar dichas tierras y entregar la quinta parte de todas las ganancias al rey de Portugal, para recibir a cambio privilegios políticos y económicos.
Gobernantes y bandeirantes: En 1548, se nombró al primer gobernador de Brasil, Tomé de Souza, quien recibía instrucciones directas del rey y se encargaba de la administración colonial mediante la instauración de aduanas en los puertos para recaudar impuestos. Del sistema de justicia se encargó el ouvidor u oidor y, en 1587, se creó un Tribunal Supremo. Posteriormente, en 1640, se creó una autoridad aún mayor, el virrey, por medio de quienes la Corona ejerció mayor control.
     En 1670, se inició el proceso de ocupación del interior del territorio en busca de metales preciosos y mano de obra indígena. Debido a las dificultades para importar esclavos de África, se hizo común la organización de bandeiras, que eran hombres dedicados a capturar indígenas del interior del territorio para ser esclavizados y obligarlos a trabajar en las plantaciones y la ganadería. Las bandeiras estaban conformadas por cientos de hombres que tardaban varios años en regresar con los esclavos capturados. A estos hombres se les llamó bandeirantes.
Francia
     Las primeras exploraciones francesas en Norteamérica se realizaron en 1520. Luego, Jacobo Cartier realizó varios viajes entre 1534 y 1536, para explorar la península de Labrador y el río San Lorenzo, donde tuvo contacto con los indígenas hurones e iroqueses, y fundó el primer asentamiento francés llamado Charlesbourg Royal en 1541. A principios del siglo XVII, lo siguieron otros exploradores franceses que fundaron asentamientos en Quebec y en las islas del Caribe, donde, entre 1635 y 1650, se apoderaron de Martinica, Guadalupe y Granada.
     En la segunda mitad del siglo XVII, se consolidaron en el occidente de la "Española" y fundaron a Haití. Estas colonias funcionaron como plantaciones que producían café, azúcar y ron para el monopolio de la metrópoli francesa.
Holanda
     Esta potencia aprovechó la debilidad del Imperio español en el siglo XVII, por lo que empezó a ganar poder en el mar Caribe, por donde circulaban las embarcaciones que llevaban las riquezas de América hacia España.
El Imperio de Holanda consiguió apoderarse de islas que habían estado en poder de España, como Curacáo y Bonaire, y las empleó en la producción de azúcar. En 1630, los holandeses atacaron el nordeste de Brasil y tomaron la ciudad de Recife pero fueron expulsados en 1650 por los portugueses.
Inglaterra
     Las exploraciones inglesas comenzaron en 1497, pero la colonización se demoró hasta 1606, cuando se extendieron permisos reales a las compañías comerciales. A diferencia de las colonias españolas y portuguesas, en Norteamérica no había grandes poblaciones indígenas ni metales preciosos. Sin embargo, la provincia de Virginia comenzó a producir tabaco. Además de las compañías comerciales, llegaron otros grupos de inmigrantes que, a finales del siglo XVII, fundaron trece colonias donde desarrollaron manufacturas de exportación y plantaciones con mano de obra de africanos esclavizados.
     En el Caribe, los ingleses también lograron ocupar varias islas entre 1624 y 1660, donde crearon plantaciones esclavistas de azúcar, tabaco y cacao.
Las trece colonias inglesas
     La colonización en el sur de los Estados Unidos fue muy semejante a la colonización portuguesa en América. Por otra parte, las colonias del centro y norte tuvieron características muy particulares, debido a que sus actividades no respondían directamente a los intereses del comercio europeo.
     Para finales del siglo XVII, en la costa oriental de Norteamérica, se habían establecido trece colonias que compartieron el hecho de tener una relativa autonomía frente al poder monárquico inglés, porque la monarquía no las controlaba por completo. Sin embargo, esta situación se modificó en el siglo XVIII.


Transformaciones en el siglo XVIII
    Durante el siglo XVIII, el Imperio español tuvo varias transformaciones importantes a nivel político, económico y administrativo.
El cambio de dinastía
    La familia austríaca de los Habsburgo había reinado en España desde el siglo XVI. Sin embargo, en 1700 el último rey de esta dinastía, Carlos II, falleció sin dejar hijos que heredaran su trono, provocó la Guerra de Sucesión española entre los años de 1701 y 1713. Tras esta guerra, el francés Felipe de Anjou, de la familia de los Borbones, fue nombrado rey de España y de sus dominios en América y Asia. Como monarca, este noble recibió el nombre de Felipe V y bajo su gobierno se realizaron profundos cambios en las colonias españolas.
Las reformas borbónicas
Las reformas borbónicas fueron impulsadas a lo largo del siglo XVIII por los reyes Felipe V,

Fernando VI y Carlos III. Consistieron en cambios administrativos, políticos, económicos y militares para mejorar el control de la Corona sobre los territorios imperiales. Estas medidas se tomaron ante la amenaza de las demás potencias coloniales y el aumento de poder de los criollos en las colonias americanas.

 video: las Reformas Borbónicas

BIBLIOGRAFÍA
Díaz Granados, Consuelo y Salgado, Mariela (1984). Conozcamos nuestra historia 7. Editorial Pime, Bogotá.
Borja, Jaime (1995). Procesos sociales 7. Editorial Santillana. Bogotá
Guerrero, Manuel; Hernández, Nancy y Rivera, José (2012). Nuevos Horizontes Sociales 7. Editorial educativa – Fondo Educativo Panamericano. Bogotá
Pérez, J.; Marabolí, O., Riveros, M., Giraldo, J., Pinzón, K. y Hernández, C. (2016). Proyecto Saberes, ser hacer sociales 7. Bogotá, Editorial Santillana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

AMÉRICA LATINA EN EL SIGLO XX

América Latina durante la primera mitad del siglo 20 . Desde principios del siglo 20, los sistemas sociales, económicos y culturales...