jueves, 31 de marzo de 2011

PRESENTACIONES DE HISTORIA UNIVERSAL

Algunos estudiantes han querido compartir sus presentaciones sobre historia universal
China
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sábado, 26 de marzo de 2011

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Los tratados de paz que dieron fin a la Primera Guerra Mundial no dejaron contento a nadie. Los veinte años posteriores a dicha contienda están llenos de luchas económicas, sociales y políticas, na­cionales e internacionales. Destacan, por una parte, las contradicciones entre las potencias de Europa Occidental, Japón y Estados Unidos, por mantener su situación privilegiada o por lograr un nuevo reparto del mundo y, por otra, la hostilidad de todo el mundo capitalista contra la Unión Soviética y las tendencias socialistas. A partir de 1933, con el ascenso del nazismo al poder en Alemania, se agudizan los enfrenta-mientos y la formación de los bloques, hasta que estalla el conflicto armado. En la primera fase de éste, de 1939 a 1941, Alemania conquista casi todo el continente europeo; la Unión Soviética, que había temido ser atacada sola por Alemania y sus aliados, había firmado un tratado de no agresión con ella, que le permite disponer de dos años de preparación. El período de junio a diciembre de 1941 se caracteriza por el ataque alemán a Rusia, y el que se inicia en diciembre de 1941, significa la extensión del conflicto a todo el mundo, con el ataque japonés a Estados Unidos. La cuarta fase, que abarca desde el invierno de 1942/43 hasta junio de 1944, marca la destrucción de la fuerza central del ejército alemán: se inicia con la batalla de Stalingrado y termina antes del desembarco aliado en Francia. La quinta empieza con dicha invasión y concluye con la rendición de Alemania (mayo de 1945) y la sexta y última va de este momento hasta la derrota de Japón (septiembre de 1945).

Primera fase. Alemania domina a Europa Central y Occidental. (IX/1939 - VI/1941)
El ataque alemán destruye rápidamente al ejército polaco, débil y mal equipado. Únicamente la ciudad de Varsovia ofrece una heroica resistencia popular de cierta duración. Inglaterra y Francia, cumplien­do sus compromisos previos, declaran la guerra a Alemania, pero, a pesar de que en conjunto sus fuerzas son prácticamente iguales a las del agresor (salvo en la aviación), no realizan ninguna acción efec­tiva.
La Unión Soviética ocupa las zonas orientales de Polonia (habi­tadas por poblaciones ucranianas y bielorrusas, incorporadas a Polonia en 1921). Con el fin de dificultar un ataque a Leningrado, que se encuentra a tiro de cañón de la frontera finlandesa, ofrece a este país, en el que hay fuerte influencia alemana, un canje de territorios. Finlandia rechaza, y la Unión Soviética le declara la guerra. Inglaterra y Francia, que no habían prestado apoyo real a Polonia, preparan una expedición en auxilio de Finlandia. Rusia incrementa sus actividades contra este país, lo derrota y lo obliga a la modificación de fronteras previamente exigida. Finlandia, posteriormente, entrará a la guerra contra la Unión Soviética, del lado de Alemania.

En los primeros meses de 1940, Alemania, violando.la neutralidad de estos países, ocupa Dinamarca y Noruega, para tener un mayor dominio sobre el Mar del Norte.
En mayo del mismo año invade a las neutrales Bélgica y Holanda, y penetra en Francia, que se rinde en junio. El mariscal Pétain toma en sus manos el gobierno de la zona no ocupada, colaborando con el invasor, mientras el general Charles de Gaulle proclama la continua­ción de la lucha, desde Londres; desde los primeros momentos de la ocupación alemana, se organiza una fuerte resistencia popular. Italia entra a la guerra, del lado nazi, poco antes de que Francia solicite el armisticio.

Alemania lanza una serie de ataques aéreos devastadores contra Inglaterra, pero no logra obligarla a rendirse. Destaca la resistencia heroica de la aviación de caza británica. Al año siguiente vuela a In­glaterra el lugarteniente de Hitler, Hess; el gobierno alemán declara que se trata de un acto de locura, pero todo indica que el funcionario germano tenía la misión de someter al gobierno británico un plan para lograr el apoyo, o cuando menos la neutralidad, de Inglaterra para la ya cercana lucha de Alemania contra Rusia.
Los Estados Unidos, todavía neutrales, ven que la derrota de In­glaterra los afectaría gravemente; paso a paso empiezan a apoyarla, aprovechando al mismo tiempo para extender su esfera de influencia. Obtienen de Gran Bretaña la entrega de varias bases en América, a cambio de facilitarle armamento. Japón, con el consentimiento de las autoridades francesas de Pétain, ocupa Indochina.

Italia, que anteriormente se había apoderado de Albania, acomete a Grecia pero es detenida por los griegos. Posteriormente, Alemania ocupa a Yugoslavia donde estalla la lucha de guerrillas bajo la direc­ción de Tito, derrota los griegos y ocupa también la isla de Creta, por medio de paracaidistas. En distintas formas logra dominar a los países balcánicos, y- se prepara para atacar a la Unión Soviética, con un frente que abarca desde Finlandia hasta la frontera con Turquía.

Segunda fase. Alemania ataca a la Unión Soviética, (VI-XII / 1941)
En junio de 1941, usando el 80 por ciento de su ejército y contando con el apoyo, más o menos forzado, de todo el continente europeo ocupado, Alemania viola el tratado de no agresión y ataca a la Unión Soviética. Cuenta con la ventaja de la sorpresa, y logra acercarse en duras batallas a las principales ciudades de la Rusia europea; pone sitio a Leningrado, que queda casi totalmente aislada y cuya población soporta bombardeos constantes y grave escasez de víveres, llega cerca de Moscú y penetra hondamente en el sur. Sin embargo, el Ejército Rojo logra frenar y después detener la ofensiva alemana y trasladar gran parte de la industria soviética al centro y al este de su país. Más tarde recibe alguna ayuda en armamento de los Estados Unidos, y también de Inglaterra.

En agosto de 1941 se reúnen Churchill, Primer Ministro de la Gran Bretaña, y Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos; elaboran una declaración acerca de los objetivos que sus países persiguen en la gue­rra, que se conoce como la "Carta del Atlántico". En sus plantea­mientos generales tiene mucho parecido con los 14 puntos proclamados por Wilson; insiste en los derechos de autodeterminación de los pue­blos, en la libertad individual y en la libertad de comercio. Este último punto facilitaría, evidentemente, la expansión económica del país más fuerte industrialmente, o sea, de los Estados Unidos. La mayoría de los países que luchan contra Alemania se adhiere a esta declaración.

Tercera fase. El ataque japonés. (XII/1941-XI/1942)
Desde fines del siglo XIX, el Japón había iniciado una política de expansión imperialista, a costa de China y de Rusia. Pronto entra en rivalidad con los Estados Unidos, que ocupan las Filipinas y están interesados en China. La tensión se acentúa. En diciembre de 1941, y a pesar de estar celebrando conversaciones de paz, el Japón bombardea por sorpresa las posiciones norteamericanas en el Pacífico. La guerra se hace mundial: Estados Unidos la declara al Japón, y Alemania e Italia a su vez lo hacen a aquéllos. Estados Unidos organiza rápida­mente una gran producción bélica y pone en pie un numeroso ejército.
Las tropas japonesas avanzan rápidamente, ocupan toda la zona costera de China, las Filipinas, Indonesia, y llegan a amenazar a la India. Aprovechan hábilmente los sentimientos antiimperialistas de los pueblos de la región, bajo el lema de "Asia para los asiáticos". Algunos de los partidarios de la independencia de éstos aprovechan la política japonesa para avanzar hacia la realización de sus fines y otros, sobre todo los que quieren combinar la independencia nacional con la revo­lución social, organizan movimientos guerrilleros. Ambos elementos confluirán, después de la guerra, en la lucha por la independencia nacional de la mayoría de estos países, pero también entrarán en pugna entre sí, debido a sus finalidades conservadoras en un caso, y revolucionarias en el otro.

Alemania en Europa, y el Japón en Asia, organizan la economía y la política de las zonas que dominan, en su beneficio, con el apoyo de los "colaboracionistas", provenientes generalmente de los grupos más conservadores, o de dirigentes políticos oportunistas. Destacan entre ellos Quisling, en Noruega, y Pétain, en Francia. Los alemanes llevan gran número de trabajadores forzados a su país; para afianzar su régimen, establecen campos de concentración en toda la Europa ocupada. Sobre todo, hacen sufrir sus atrocidades a los judíos, que quedan casi exterminados en las regiones ocupadas (en Polonia son asesinados aproximadamente cinco millones de hebreos). En general, la "moral de señores" de los nazis se manifiesta frecuentemente en maltratos atroces no justificados por necesidades bélicas, contra los pueblos ocupados, principalmente en los países de Europa Oriental.
Se incrementan las luchas en el norte de África. Los aliados efec­túan un desembarco en la parte occidental de la zona; después de una guerra de movimientos, realizada en el desierto, logran expulsar a las tropas del Eje del continente africano, en la primavera de 1943.

Cuarta fase. El viraje: Stalingrado. (xi 1942-vi 1944)
En 1942, con retraso debido a la contraofensiva soviética de invier­no, los alemanes se lanzan contra Stalingrado (hoy Volgogrado), con el fin de cortar los abastecimientos que recibe la Rusia central. En una larga y tenaz batalla, el Ejército Rojo logra detener a los ale­manes en dicha ciudad, cercarlos y obligarlos a capitular. La batalla de Stalingrado es la decisiva de la Segunda Guerra Mundial; Alema­nia pierde allí más de medio millón de sus mejores soldados, y nunca se repone de la derrota que sufre.
Durante 1943, los soviéticos logran liberar gran parte de su país, y siguen debilitando al ejército alemán. A mediados de 1944, su con­traofensiva rebasa las fronteras de la U.R.S.S.; los alemanes son expulsados de parte de Polonia y de Rumania.
Los aliados occidentales desembarcan en Sicilia y, posteriormente, en el sur de la península itálica. La resistencia es débil. Mussolini es destituido (julio de 1943); Italia firma un armisticio y, después de varios meses, declara la guerra a Alemania. En el norte del país, ocupado por ésta, se proclama la "República Social" (fascista), que sigue aliada a los germanos; hay ahí un fuerte movimiento guerrillero, nacionalista y de transformación social.

La resistencia de los pueblos europeos se acentúa. Se multiplican los grupos guerrilleros, sobre todo en Yugoslavia (que es liberada casi totalmente por ellos), en Grecia, en la Unión Soviética, y en Francia. Lo mismo sucede en Indochina y en Indonesia. Se trata de grupos de fuerte arraigo popular, compuestos de personas de distintas ideologías, entre las que destacan los revolucionarios. En China, el Ejército Po­pular de Liberación, dirigido por los comunistas, realiza una extensa actividad guerrillera, y logra arrebatar a los japoneses territorios po­blados por más de 90 millones de personas.
En todo el mundo se fortalece la unidad de las fuerzas antifascistas.
A fines de 1943 se reúnen en Teherán los "Tres Grandes", Churchill, Stalin y Roosevelt, para coordinar la política de sus países.

Quinta fase. La derrota de Alemania. (vt/1944-v/1945)
Desde los días críticos de la guerra en 1942, los soviéticos habían exigido que los aliados occidentales abrieran un frente contra los ale­manes en el oeste de Europa; es hasta junio de 1944 cuando los ingleses, los norteamericanos y los franceses combatientes abren este "Segundo Frente", con un desembarco en Francia, apoyado fuertemente por la resistencia antigermana en el propio país. Hay combates importantes, pero las batallas principales siguen dándose en el Este. Hacia fines de 1944, los aliados occidentales se encuentran cerca de la frontera alemana; los soviéticos avanzan por Polonia y Hungría; Grecia se libera, fundamentalmente por su movimiento de resistencia; desem­barcan ahí tropas inglesas, que evitan una revolución popular. En diciembre, los alemanes lanzan una ofensiva en el Oeste, para lograr un armisticio ventajoso, pero fracasan.

Del 4 al 12 de febrero de 1945 se reúnen en Yalta, Unión Soviética, los jefes de los tres aliados principales. Entre sus acuerdos destaca la intención de mantener unida a Alemania, erradicar de ella al nazismo y a sus autores intelectuales y económicos; el país sería administrado temporalmente por Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética, en zonas que se delimitan. También se acuerda que la Unión Sovié­tica participará en la guerra contra Japón, a los tres meses del cese de las hostilidades en Europa.
Prosigue el avance aliado; rusos y norteamericanos se encuentran en el Elba. En los últimos días de abril penetran los soviéticos en Berlín, que cae el 2 de mayo. Hitler y algunos de sus allegados más cercanos se suicidan pocos días antes. El ocho de mayo se rinden los restos del ejército alemán, con excepción del destacado en Checoslo­vaquia, que lo hace el nueve. Cesa así la lucha armada en Europa.

En julio y agosto de 1945, en la ciudad alemana de Potsdam, tiene lugar la última reunión de los "Tres Grandes" (Truman sustituye al fallecido Roosevelt; Churchill es desplazado por Attlee, debido al re­resultado de las elecciones en Inglaterra; Stalin sigue encabezando a la Unión Soviética). Se confirman y precisan los acuerdos de Yalta (Francia participará en la ocupación de Alemania), y se acuerdan en parte las fronteras de Polonia.

Sexta fase. El fin de la guerra, (v-rx/1945)
Los norteamericanos y sus aliados habían comenzado a recuperar las islas ocupadas por los japoneses. En agosto de 1945, aplicando lo acordado, la Unión Soviética declara la guerra al Japón y destruye en pocas semanas el principal ejército terrestre de esta potencia, que ocupaba Manchuria. El 6 de agosto, los Estados Unidos lanzan la pri­mera bomba atómica y pocos días después la segunda, sobre las ciuda­des de Hiroshima y Nagasaki. Mueren más de 300 000 personas, y muchas otras quedan afectadas seriamente. Todavía décadas después se presentan casos de personas que sufren graves consecuencias y hasta la muerte a causa de la radiación atómica.
Indonesia y Vietnam, ocupadas por Japón, proclaman su indepen­dencia, que tendrán que defender después contra sus antiguos coloni­zadores holandeses y franceses.
Ante la destrucción de sus principales fuerzas y la amenaza de la nueva arma nuclear, el Japón firma su rendición incondicional, y es ocupado por los Estados Unidos. Las hostilidades terminan el 2 de septiembre de 1945.

Características generales de esta guerra
La Segunda Guerra Mundial abarca a todo el globo. La mayoría de los países tomó parte del lado de uno u otro bloque de potencias. Toda la América Latina, con excepción de Argentina que se mantuvo neutral hasta los últimos días en que se alió al bloque antifascista, estuvo de parte de las potencias aliadas. España ayudó al Eje. Las grandes potencias hicieron numerosas promesas de independencia a las colonias, para obtener el apoyo activo de los pueblos de éstas.
Tienen importancia decisiva en esta guerra los medios altamente mecanizados. La aviación logra un desarrollo tremendo, en tierra se emplean en gran escala los tanques, y los ejércitos se desplazan rápida­mente en vehículos motorizados. En el mar tiene lugar una feroz guerra submarina y el bloqueo contra la Europa continental. Destacan el invento del radar y de los cohetes.
No hay ya una división tajante entre los combatientes y la pobla­ción civil. La movilización total, impuesta por las necesidades indus­triales de la guerra, abarca a todos los pueblos en lucha. A su vez, los bombardeos afectan profundamente a las industrias situadas en la retaguardia de los países en conflicto. Cobra importancia extraordina­ria la guerra psicológica. Hay una profunda activación política de amplias masas populares en todo el mundo, que se expresa en la exi­gencia de castigar a los criminales de guerra, en el deseo de destruir las condiciones que habían hecho posible al nazismo y su política expansionista y, en el caso de las colonias, en su mayor lucha por su independencia.
Al terminar el conflicto, y de acuerdo con lo previamente estable­cido y anunciado, se celebraron juicios internacionales contra los prin­cipales criminales de guerra. Algunos de éstos fueron condenados a muerte, otros a determinadas penas, y en su mayoría fueron indultados posteriormente.
El número de muertos causados por la Segunda Guerra Mundial fue de aproximadamente 40 millones, además de una cantidad todavía mayor de heridos. Las pérdidas materiales fueron realmente incon­mensurables.

lunes, 14 de marzo de 2011

LAS GRANDES CIVILIZACIONES AMERICANAS

LOS MAYAS
Para el estudio de la cultura maya hay que tener en cuenta los dos grandes períodos de desarrollo que tuvieron: el Viejo Imperio maya y el Nuevo Imperio maya.

El Viejo Imperio maya se desarrolló en la Etapa Clásica, aproximadamente hacia el 300 - 900 d. de C. y tuvo su foco en la zona del Peten, al norte de Guatemala. En esta encontramos nu­merosas ciudades, cada una con su propio príncipe, funcionarios, dioses, templos, sacerdotes, militares, comer­ciantes, trabajadores y sus propias tierras. No existió realmente una uni­dad política por la que se pueda decir que existió un imperio; sin embargo, este nombre se le ha venido dando por puro .convencionalismo.

Entre las principales ciudades tene­mos: Palenque, Uaxactún, Tikal, Co­pan, Quiriguá. Realizaron grandes construcciones arquitectónicas. La ca­racterística peculiar de estas culturas mayas fue la rigidez en sus construccio­nes piramidales que resultan más macizas que las realizadas por otras culturas indígenas mesoamericanas. En la cima de estas pirámides se levantaba el templo o santuario a sus dioses.
En estas ciudades también se encuen­tran canchas para el juego de la pelota, palacios, patios, que constituyen un verdadero centro ceremonial. Emplea­ron la piedra para las construcciones; todas estas iban labradas representan­do diferentes temas o escenas. Tam­bién sobresalieron las culturas mayas en la Etapa Clásica, por las numerosas estelas en las que representaban un personaje importante para ellos y contaban sus principales hechos. Tra­bajaron también en cerámica de muy bello acabado y realizaron esculturas en piedra.

El Nuevo Imperio maya se desarrolló en la Etapa Post-Clásica, aproximada­mente hacia el1000 d. de C. hasta la llegada de los conquistadores aproximadamente en el 1546. Su foco princi­pal fue la península de Yucatán. En esta región tenemos 3 regiones muy importantes que fueron Uxmal, Chi-chén-Itzá y Mayapán, que fue la capital de los mayas. Durante esta época se formó la Liga de Mayapán; esto sucedió en el año 1004. Consistió en la confede­ración de las 3 ciudades en la cual Mayapán era el centro más importan­te. Chichén-Itzá entró en rivalidad con la capital y es expulsada de la liga en el 1204. En esta forma, Mayapán mantuvo su dominio sobre las demás regiones, gobernando en forma despótica y obli­gando a que los gobernantes de las diversas regiones residieran en la capital y mandaran delegados a sus provincias. En el año 1441 se rebelan los príncipes, saquean a Mayapán, la aban­donan y regresan a sus estados. Desde este momento empezó a reinar el desorden en las ciudades por la falta de una unidad política, facilitando años más adelante la dominación española.

Costumbres mayas
Fue una sociedad que estuvo organizada bajo clanes totémicos y que practicaban la exogamia, es decir, debían contraer ma­trimonio con miembros de otros clanes. Existió entre ellos la división del trabajo según el sexo; la educación comenzaba desde muy temprana edad y se les inculcaban las tareas propias de su sexo.
Su vida giró en torno a la religión; tenían numerosos dioses que eran la divinización de las fuerzas de la naturaleza: el agua, trueno, tierra, viento, sol; sin embargo tuvieron un dios más importante y creador de todas las cosas: Hunab Ku; jamás lo representaron pues era un ser incorpóreo. Tuvieron también su héroe civilizador (semejante al Quetzalcoátl de los aztecas): Kukulkán. A él también le erigieron templos, ritos y ceremonias. Al parecer por sus leyendas, cuentan que era un mexicano que había llegado a la zona de Yucatán a fundar una ciudad y , enseñarles las letras, los avances, etc. y luego desapareció prometiendo volver años más adelante.

Contaron con dioses benévolos y otros malévolos; tenían que ofrecerles ritos, ceremonias, ayunos, ofrendas, para ga­narse sus favores y aplacar su ira. Los sacrificios humanos se practicaron en esta zona al parecer por influencia azteca. Las ceremonias corrían a cargo de la clase sacerdotal; era la encargada de la comuni­cación del pueblo con sus dioses; del calendario para establecer el ciclo agríco­la y de las observaciones astronómicas. La ciudad que tuvo su principal observatorio astronómico fue Chichén-Itzá. Por último contaron con su escritura ideográfica, y creyeron en una vida al más allá, por lo que eran enterrados con sus pertenencias para realizar el largo viaje.

Organización socio-económica
Tuvieron su estratificación social; prime­ro se encontraba el príncipe, le seguía la nobleza, que ocupaba cargos políticos y asesoraban al jefe, los jefes militares, los sacerdotes, los comerciantes, el pueblo encargado de los trabajos necesarios para la comunidad y el estado y, por último, los esclavos que bien podían ser prisioneros de guerra o aquellos que caían en este estado por deudas o robos.
Este tipo de organización permitió el establecimiento de una clase dirigente y privilegiada que contaba con una gran mano de obra para las construcciones y pagar los tributos; toda la comunidad trabajaba en bien del estado.
Trabajaron en milpas, que consistían en quemas del terreno; cultivaron el maíz, el fríjol, la yuca, el cacao, chile y otros. La coa fue el principal elemento para traba­jar la tierra; era un palo largo que terminaba en punta y que al ser enterrado dejaba un orificio para colocar la semilla. La caza y la pesca pasaron a ser actividades secundarias. Supieron aprovechar el agua por medio de depósitos o cenotes, que en al­gunos sitios tuvieron un carácter ritual; construyeron canales y tuvieron sus siste­mas de regadío.

Organización política
El dirigente o Halach-uinic de los estados provenía de la clase alta, era el jefe civil, religioso y militar, su cargo era heredita­rio en línea masculina y contaba con una serie de funcionarios que administraban sus provincias, velaban porque se cum­plieran sus leyes, formaban el consejo, el cual" tenía como función asesorar al príncipe.
La organización política era rígida; cada ciudad-estado tenía 2 funcionarios escogi­dos por el príncipe: uno era el batad (jefe local) con cargo a perpetuidad y tenía como función administrar la justicia. El otro era el nacom, encargado de las operaciones militares. Su cargo no era hereditario y bajo su mando tenía a los mercenarios que debían ser alimentados por la población.
La justicia fue muy severa y se castigaba cualquier delito que atentara contra la comunidad, como el robo, el mentir, la traición. El grupo guerrero (mercenarios) se mantuvo para defender el dominio del príncipe, defender la ciudad y expandir su poderío.

Construcciones artísticas
Hay que anotar que las ciudades-estados eran centros civiles y religiosos por lo que sus construcciones eran majestuosas. Se destacaron los mayas en el manejo de la piedra; con ella construyeron pirámides, palacios, templos, estelas, columnas con bajo relieves, estatuas, canchas y patios. Los muros de las construcciones eran con piedra muy bien labrada y decorada; hay una influencia mexicana en lo que se refiere a la representación del jaguar y de la serpiente emplumada.

En ciudades tales como Tikal y Uaxactún encontramos un elemento arquitectónico del arco en saledizo, consistente en ir reduciendo hacia arriba a partir de cierta altura el ancho entre los dos muros, hasta que lleguen casi a tocarse; otro elemento maya, y generalizado en toda el área, fue el  empleo  de  la  crestería   sobre  los templos, en los cuales en muchas ocasio­nes alcanzaba una altura mayor que la del mismo templo; la crestería consistía en construcciones de piedra que represen­taban ídolos.
Sobresalieron también en cerámica; fa­bricaban vasijas muy bien decoradas con figuras geométricas o representaciones de animales y figuras humanas. Trabajaron el arte plumario para los tocados de los jefes y guerreros; fueron grandes maes­tros en las pinturas sobre los muros de sus palacios y templos; cabe destacarse los frescos de Bonampak, que muestran con una gran espontaneidad y realismo una escena de danzantes y músicos.

Tuvieron su calendario religioso de 260 días formado por 13 meses cada uno, con 20 días, y el calendario civil de 365 días de 18 meses cada uno, con 20 días, y un período funesto de 5 días. También fueron grandes matemáticos.

LOS AZTECAS

Situación geográfica
Los aztecas se asentaron en el valle de Anáhuac, hoy en día valle de México. Al momento de la llegada de los españo­les dominaban hasta el istmo de Tehuantepec y Guatemala, al sur.
Anáhuac es un valle de tierras fértiles y lagos. Pero no todo el territorio mexicano tiene estas características. Por el con­trario, México es una tierra de grandes contrastes, donde se encuentran zonas áridas de origen volcánico, desiertos y mesetas elevadas y frías, junto a valles fértiles y llenos de vegetación.
El país posee costas sobre el océano Atlántico y sobre el Pacífico. En el Atlántico tiene el golfo de México, de gran extensión y amplitud, cuyas tierras son muy favorables para la agricultura. Fue el hábitat de los pueblos huastecas, totonacas y olmecas, antes de la llegada de los aztecas. Por su parte la costa del océano Pacífico es más pequeña y difícil para el desarrollo de la vida del hombre. Esto limitó las posibilidades de desarrollo de las culturas que la habitaron, como la mixteca y la zapoteca.

La economía
Gracias al desarrollo del sistema de riego, los aztecas logra­ron una importante producción agrícola, principalmente de maíz, fríjol, cacao y aguacate. Para los cultivos utiliza­ban fertilizantes, como los excrementos humanos y también la quema de terrenos. Para sembrar utilizaron una especie de arado rústico que ayudaba a remover la tierra.
El comercio y la metalurgia eran otras dos actividades importantes de la vida económica de los aztecas.

Administración y producción
La principal unidad social de los aztecas era el calpulli, que estaba conformado por familias con un mismo antepasado. Cada calpulli poseía sus propios dioses, sus jefes y un trozo de tierra para ser cultivado en común. Varios calpullis con­formaban un calpullec, o célula productiva mayor, que con­taba con un administrador encargado de ordenar y organizar los tipos de cultivo y los diferentes tributos destinados al sos­tenimiento del emperador y del ejército.
Los jefes de los calpullis conformaban el gran consejo, cuyas funciones versaban sobre aspectos administrativos y judi­ciales. La reunión de varios capullec daba origen a una pro­vincia, o región más grande de producción manejada por un administrador mayor, llamado tecutli.

Desarrollo histórico y organización


Acamapichtli
1375-1395
Huitzilihuitl
1396-1417
Chimalpopoca
1417-1427
Izcóatl
14274440
Moctezuma I
1440-1469
Axayácatl
1469-1481
Tízoc
1481-1486
Ahuizotl
1486-1502
Moctezuma II
1503-1520









Los antecesores
Los principales pueblos que antecedieron a los aztecas fue­ron los toltecas y los chichimecas.

Los toltecas llegaron al valle de México aproximada­mente en el siglo X d. de C, y fundaron la ciudad de Tula como capital.
Dominaron el valle y llegaron hasta la península de Yucatán, imponiendo tributos a los pueblos vecinos. Eran diestros en hacer construcciones de piedra y grandes esculturas. Trabajaron los metales y dejaron muestras de escritura en sus códices y en su calendario.
Los chichimecas eran guerreros y derrotaron a los tolte­cas. Destruyeron Tula y se apoderaron del territorio. Se estabilizaron hacia el año 1300 d. de C, momento en que también los aztecas llegaron a la zona. Construyeron pirá­mides de grandes dimensiones, en las cuales mostraron sus avances y conocimientos arquitectónicos. Su dominio fue corto porque los aztecas se impusieron sobre ellos.

Los aztecas
De acuerdo con las narraciones de su mitología, su lugar de procedencia fue Aztlán por lo que luego fueron llamados aztecas. Pero la investigación histórica sólo señala que ve­nían del norte de México y que pertenecían a la familia lin­güística nahua. En el año 1325 fundaron su capital sobre dos islas en el lago Texcoco, con el nombre de Tenochtitlán. Esta, cruzada por numerosos canales navegables, fue la más hermosa de las ciudades precolombinas.
A mediados del siglo XV los aztecas ya habían consolidado su dominio en otras grandes ciudades como Texcoco y Tlacopan. Las tres ciudades formaron una confederación, a partir de la cual pudieron extender su dominio a otros pue­blos, imponiéndoles tributo. A la llegada de los españoles el emperador de los aztecas era Moctezuma, quien gober­naba desde 1503.

La sociedad azteca se dividía en cuatro grupos, a la cabeza de los cuales estaba el emperador. El primer grupo era el de la nobleza, denominada piles, formada por la familia impe­rial, los príncipes de las ciudades, los sacerdotes, los jefes militares y los jefes de los capullis. El segundo grupo era el de los mercaderes, llamados pochteca, que tenía una situa­ción económica y social privilegiada. El tercer grupo esta­ba conformado por la mayoría: campesinos y artesanos o maceual. El último era el de los siervos y los esclavos, a los cuales se les llamaba mayegue.

La fe y la guerra
La religión fue un elemento muy importante en la vida de los aztecas. Estos creían en la existencia de muchos dioses, presentes en los elementos de la naturaleza. A su vez estos dioses, que se dividían en buenos y malos, estaban perma­nentemente en conflicto.
Los principales dioses fueron Huitzilopóchtli, dios del sol y de la guerra, y Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, dios de la sabiduría.
La guerra era un complemento necesario de la religión azte­ca, pues gracias a ella podían capturar los prisioneros que serían ofrecidos como víctimas de los dioses. A su vez, los guerreros aztecas que morían en combate iban a habitar al lugar donde vivían los dioses.
Los sacerdotes, que jugaron un papel muy importante en esta sociedad enseñaban en las escuelas o cálmecac, prepa­raban el culto y los ritos y empleaban la escritura jeroglífi­ca y los símbolos religiosos.

La ciencia
Tratando de encontrar solución a sus necesidades, los azte­cas lograron un importante desarrollo de las ciencias. Uno de sus logros fue el calendario, aunque no tan exacto como el de los mayas. Constaba de dos tipos: uno ritual, utilizado con fines de adivinación, y otro civil o solar.
En matemáticas practicaron el sistema vigesimal o de base veinte.
Desarrollaron la escritura jeroglífica, que fue ampliamente utilizada en los códices, escritos en papel. En ellos dejaron testimonio de su historia, de sus creencias, de su cultura. La mayoría de estos códices fueron destruidos por los españo­les.
En el arte los aztecas se destacaron en la elaboración de adornos hechos con plumas o arte emplumado, e igualmen­te lo hicieron en el trabajo con piedras preciosas.
Sin embargo, la principal expresión de su arte nos llegó a través de sus esculturas, por medio de las cuales expresaron su sentimiento religioso y su forma de pensar.
La cultura azteca supo aprovechar los aportes de las cultu­ras anteriores, las cuales asimiló y transformó dándoles un sello muy particular.

LOS INCAS

Orígenes y expansión
El origen de los incas es aún incierto; su llegada al Cuzco se remonta a la leyenda mítica de 4 hermanos y 4 hermanas que se creían hijos del dios Sol; estos comenza­ron a emigrar y con el trascurso del tiempo fueron desapareciendo, menos Ayar Manco, conocido como Manco Cápac, y Mama Ocllo, quienes decidieron casarse y fundar la dinastía incaica, fijando su capital en Cuzco, alrededor del 1200 d. de C, sometiendo a las culturas existentes.
El verdadero Imperio Incaico y su domi­nio sobre la región andina data de 1438 cuando sube al trono el inca Pachacuti o inca Yupanqui, quien decide hacer frente a las regiones pre-incaicas, como la Confederación de los Chancas que man­tenía un gran dominio sobre la región. Los incas salen victoriosos del encuentro, los domina y comienzan desde esta fecha su expansión hacia el norte y sur de la región andina. Impuso el sistema de los mi ta­ma es; por este se logró la unificación del reino; consistía en trasladar hombres de regiones pre-incaicas a regiones incaicas y tomar hombres de esta región para trasladarlos a lugares pre-incaicos, para así formar un solo imperio, unificado bajo una sola lengua, la quechua, y la adora­ción principalmente al dios sol o Inti y el culto a Huiracocha o Viracocha, el dios creador, el héroe.
Los emperadores que siguieron a Pacha­cuti lograron extender su dominio por * medio de la expansión militarista, abar­cando el Imperio el control sobre la actual república de Perú, parte de Ecuador, Chile, noroeste de Argentina y el altipla­no boliviano. El Imperio Incaico duró, hasta el año 1532 cuando se llevaron a cabo ' los primeros desembarcos de Pizarro, que destruyeron esta gran cultura.

Costumbres incaicas
Formaron una sociedad endogámica que practicó la poligamia para la clase alta y todos aquellos que pudieran sostenerla. Su vida giraba en torno a la religión politeísta; adoraban las fuerzas de la naturaleza: el trueno, el agua, las estre­llas, las montañas; sin embargo, tuvieron como principales dioses a Viracocha y al dios solar; sin él no crecían los sembrados, por lo que había que ganarse sus favores mediante ceremonias, ritos, sacrificios humanos, ofrendas, construcciones ar­quitectónicas y otras.
Se practicó la guerra con fines imperialis­tas y religiosos; algunos de los prisioneros de guerra eran sacrificados a sus dioses en acción de gracias y otros quedaban redu­cidos a la esclavitud. Fue una comunidad que estuvo educada a actuar en bien del Imperio, no se podía robar, mentir, ni cometer traiciones, pues estaba castigado por las leyes tan severas que tenían. Al pueblo no le faltaba nada; el emperador velaba porque todos tuvieran alimentos, vestidos e implementos; era una organi­zación donde no se permitía la propiedad privada; todo era de la comunidad.
Existió un grupo de mujeres privilegiadas que eran escogidas por su belleza y tenían como función tejer los vestidos del empe­rador, los cuales eran los mejores del Imperio; eran las vírgenes del sol, las encargadas de cuidar el templo, llamadas también mamaconas; algunas de ellas eran las concubinas del emperador y otras eran entregadas a los militares como premio.
Conocieron plantas medicinales como la quinina y emplearon la coca para con­trarrestar la fatiga del trabajo. No cono­cieron la escritura pero desarrollaron el sistema de quipus: unas cuerdas de distintos colores que se anudaban a un hilo principal y tenían una significación para las autoridades. Creyeron en la vida del más allá, por lo que eran enterrados con sus pertenencias; al emperador se le embalsamaba y se le enterraba con algunas de sus mujeres y criadas.

Organización socio-económica
Estuvieron organizados bajo el ayllú, especie de grupo familiar emparentado por lazos consanguíneos; estos tenían sus tierras y debían trabajarlas; contaron con jefes llamados curacas, encargados de dirigir el ayllú y de hacer cumplir las leyes del emperador; a su vez estos estaban bajo el mando de otros funciona­rios y estos bajo el dominio del empera­dor.
El ayllú tenía una determinada cantidad de tierra que era dividida en tres partes: una de ellas era para cada una de las familias; su extensión dependía del nú­mero de hijos. Las otras partes estaban destinadas para el sector religioso: tem­plos y sacerdotes; y por último, la otra para el estado, el emperador y sus funcionarios; estas debían ser trabajadas por el puric o pueblo.

Existía una marcada estratificación so­cial: en la cabeza de la pirámide social se encontraba el emperador, le seguía la nobleza tanto civil como la sacerdotal, luego la clase militarista y por último estaba el pueblo que desempeñaba dife­rentes trabajos: podían ser artesanos, orfebres, ceramistas, agricultores, etc. debían pagar tributos e impuestos, mien­tras la clase noble estaba exenta de ellos.
Bajo toda esta pirámide social se encon­traban los esclavos quienes eran privados de su libertad y de sus privilegios.
La principal base económica fue la agri­cultura; cultivaron el maíz, la papa, la batata, el ají, la calabaza y otras; dada la naturaleza del terreno tan montañoso fue necesario que construyeran las terrazas para el cultivo de sus productos. Estas eran construidas en las laderas de las montañas; en esta forma consiguieron un gran campo de extensión para el cultivo. Se construyeron con intervención de la comunidad mediante el trabajo obligato­rio de la mita. Para labrar la tierra usaron la taclla, palo de 1,60 cm de largo que terminaba en punta ya fuera de metal o madera; al ser enterrado, dejaba el hueco para colocar la semilla. Para mantener las tierras fértiles construyeron grandes obras de ingeniería como canales, acue­ductos, que distribuían el agua a toda la comunidad y a las terrazas. Este gran sistema de regadío exigió un gran control estatal sobre las obras.
El cultivo y la cosecha por ser tan indispensables para la comunidad eran festejados en ceremonias presididas por el emperador y los gobernantes de sus provincias. La caza y la pesca pasaron a ser actividades secundarias; la caza estaba reservada especialmente para el sobera­no y la nobleza, aunque existían cazas públicas donde podían participar otros sectores para conseguir mayor alimento. La pesca se practicaba en la zona costera. Domesticaron animales como el cuy, pequeño roedor, el perro, la llama y la alpaca; estos últimos eran muy importan­tes para la fabricación de los vestidos, lo mismo que el algodón.
Organización política
Políticamente gozó el Imperio de una organización centralista; a su cabeza estaba el inca o emperador con carácter divino y a quien debía ofrecérsele culto y tributos; el pueblo debía asumir una posición de humildad cuando éste se les presentaba. La sucesión del poder impe­rial tenía lugar por libre designación del inca, entre los herederos varones de su esposa principal.
Contaron los emperadores con funciona­rios que hacían cumplir sus leyes; eran elegidos por el emperador y escogidos entre la aristocracia y parientes de él. Los impuestos se pagaban en trabajos agríco­las, servicios al estado, a los templos, en trabajos públicos o servicios al ejército. El rey actuaba en favor de la comunidad y velaba para que no le faltara nada. El oro y la plata era del inca; todo lo que explota­ran debía ir al Cuzco. El inca mantuvo un control sobre sus provincias mediante su sistema administrativo y centralizante y se valió de una clase militarista para mantener su dominio y llevar a cabo sus fines imperialistas; el emperador o inca fue su máximo jefe.
Construcciones artísticas
Sobresalieron los incas especialmente en sus obras arquitectónicas y de ingeniería; uno de los sitios más importantes fue Cuzco, la capital del imperio, construida sobre una colina y resguardada por una fortaleza. Utilizaron grandes bloques de piedra para la construcción de sus tem­plos, palacios y viviendas.
Desarrollaron una red de caminos que comunicaban las regiones; en el trayecto de estos existían postas o casas de relevo para los mensajeros y viajeros de negocio.
Desarrollaron también la cerámica; reali­zaron vasijas de un gran acabado con superficies bien pulidas; sobre ellas hicie­ron pinturas, en la mayoría de los casos de figuras geométricas: incluían cuadros unos dentro de otros, líneas cruzadas, triángulos, rombos y también figuras de animales como pájaros.
Trabajaron también la metalurgia; con ella realizaron alfileres, pinzas, anillos, brazaletes y otros objetos de uso personal. Sobresalieron también en los tejidos.


Textos extraidos de:
Historia de américa. Editorial Norma
Procesos sociales 7°
Sociales Integrados 6

AMÉRICA LATINA EN EL SIGLO XX

América Latina durante la primera mitad del siglo 20 . Desde principios del siglo 20, los sistemas sociales, económicos y culturales...