LAS SONÁMBULAS
Una
noche, mientras el silencio envolvía al mundo, la mujer y su hija caminaron
dormidas hasta que se reunieron en el jardín envuelto en un velo de niebla.
Y
la madre habló primero:
-
¡Al fin! -dijo-. ¡Al fin puedo decírtelo, mi enemiga! ¡A ti, que destrozaste mi
juventud, y que has vivido edificando tu vida en las ruinas de la mía! ¡Tengo
deseos de matarte!
Luego,
la hija habló, en estos términos:
-
¡Oh mujer odiosa, egoísta .y vieja! ¡Te
interpones entre mi libérrimo ego y yo! ¡Quisieras que mi vida fuera un eco de
tu propia vida marchita! ¡Desearías que estuvieras muerta!
En
aquel instante cantó el gallo, y ambas mujeres despertaron.
-¿Eres
tú, tesoro? -dijo la madre amablemente.
-Sí;
soy yo, madre querida -respondió la hija con la misma amabilidad.
KHALIL GIBRÁN
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