sábado, 21 de agosto de 2021

LA REGIÓN CARIBE


La región del Caribe tiene una fuerte raíz histórica en el pasado colo­nial, representada en sus ciudades, así como una identidad cultural definida por los aportes de sus habitantes. Su potencial de desarrollo es enorme dadas sus condiciones geográficas.

 

Condiciones naturales y aspectos políticos

Esta región ocupa una gran extensión de territorio en el noroeste del país, y abarca las costas del mar Caribe y parte de la frontera con Vene­zuela. La mayor parte de su relieve está formada por llanuras inundables surcadas por los ríos Magdalena, Cauca y Sinú, pero también se destaca, en su área norte, la presencia de la Sierra Nevada de Santa Marta, un macizo montañoso que alcanza los 5.775 metros de altura. En sus zonas bajas existen numerosas ciénagas y humedales, alimentadas por las aguas del Magdalena, como la Ciénaga Grande de Santa Marta. Por su parte, la península de La Guajira está ubicada al norte de nuestro país, y es notable por su clima seco y árido.

La importancia geopolítica de esta región radica en su proyección hacia los países que poseen costas en el mar Caribe, además del acceso marí­timo hacia la zona del canal de Panamá y los puertos de Estados Uni­dos y Europa. Por otro lado, posee límites con Venezuela y con Panamá, lo que facilitaría el intercambio comercial.

 

Población

La población caribeña es diversa, debido al intenso mestizaje entre españoles, indígenas y afrodescendientes. Por una parte, numerosas comunidades indígenas, pertenecientes a los grupos caribe (turbacos, sinúes y calamares), chibcha (arhuacos y taironas) y arawak (wayúu) poblaron esta zona durante muchos siglos. Los primeros asentamientos españoles importantes del país como Santa Marta (1525) y Cartagena de Indias (1533), se desplegaron en sus costas. El tráfico de esclavos ne­gros durante la época colonial también dejó su herencia en la población afrodescendiente que habita esta región. Desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, gran número de inmigrantes árabes llegaron a la región y enriquecieron el mestizaje. En la actualidad, la población se distribuye en ciudades como Barranquilla, Cartagena y Santa Marta. La población rural es escasa, pues predomina la actividad gana­dera extensiva, que requiere poca mano de obra.

 

Aspectos económicos

La economía de esta región gira en torno de las actividades comercia­les y portuarias que se realizan en ciudades como Barranquilla. Otras actividades como el turismo son muy importantes en Santa Marta y Cartagena, mientras que en La Guajira y Cesar, el principal renglón eco­nómico es la explotación minera de carbón, gas y sal. En el interior, se desarrollan la ganadería extensiva, la agroindustria y la pesca.

 

Principales problemáticas

La región Caribe presenta una gran desigualdad social, económica y territorial. Debido a la pobreza en el campo, los núcleos urbanos reciben gran cantidad de migrantes y desplazados que viven en malas condi­ciones de vida. En el campo permanecen las estructuras de propiedad tradicional como el latifundio ganadero o agrícola que no favorecen la modernización productiva. Las condiciones de vida entre campesinos, indígenas y minorías afrodescendientes son bastante precarias, con altos niveles de analfabetismo, pobreza extrema, entre otros proble­mas. Por otra parte, el deterioro del medioambiente es un problema grave, especialmente en los ecosistemas acuáticos y en las zonas donde se practica la ganadería, debido al remplazo de la selva por pastizales para el ganado.

 

Identidades socioculturales

La región del Caribe presenta una gran diversidad de identidades loca­les, formadas a partir del encuentro entre españoles, indígenas, afrodes- cendientes e inmigrantes alemanes, italianos y sirio-libaneses. Todos ellos aportaron tradiciones, creencias, costumbres y lenguas que se han mezclado para formar una síntesis única, una sociedad original.

 

La Guajira: En esta zona sobresalen las comunidades de indígenas wayúu, quienes gozan de una relativa autonomía política y cultural. Esta etnia se desa­rrolla en un amplio espacio donde convive y se mezcla con otros grupos, como en Riohacha, donde se nota la influencia africana, o en Maicao, que es un enclave de los comerciantes sirio-libaneses que emigraron a esa zona a fines del siglo XIX. Al sur se extiende una amplia área donde el mestizaje ha sido activo. Por último, se encuentran las laderas de la Sierra Nevada, donde los wayúu se relacionan con otros grupos indíge­nas, como arhuacos, kogis y arsarios.

La región vallenata: Se centra en torno de la ciudad de Valledupar, cuyo nombre proviene de la denominación Valle de Upar. El aislamiento relativo de la zona contribuyó a generar una síntesis de culturas que se manifiesta en la música, los bailes y las tradiciones, dentro de las cuales destaca el va- llenato. Por otro lado, cuenta con una élite de origen colonial y español propietaria de grandes haciendas, sobre la cual han tenido influencia los grupos de inmigrantes europeos llegados en el siglo XIX.

La depresión momposina: Es una cuenca sedimentaria formada en torno de la confluencia de los ríos Cauca y Magdalena, donde se asienta la ciudad de Mompox. La mayor parte de sus habitantes, de origen mestizo y afrodescendiente, provienen de los departamentos del Cesar y del Bolívar. Ellos se asen­taron en la zona y se dedicaron a la agricultura de pancoger o de sub­sistencia, la pesca y la navegación artesanal por el río Magdalena. Es la región donde se originaron la cumbia, el bullerengue y el chandé, rit­mos de raíces afroindígenas, que son muy populares dentro y fuera del país. En términos sociales y económicos, esta subregión ostenta altos índices de pobreza agravados por la falta de servicios e infraestructura.

El litoral Caribe: Es habitado por una población de mayoría mestiza, a la que se ha in­tegrado un número importante de inmigrantes llamados cachacos, provenientes de los santanderes, Boyacá, Tolima y Antioquia. La vida urbana es activa en el eje formado por las ciudades de Cartagena, Ba- rranquilla y Santa Marta, donde la actividad turística, comercial y cul­tural es muy importante. Destaca especialmente el pasado histórico de la ciudad de Cartagena de Indias, lo que la convierte en uno de los principales destinos turísticos del país. Por su parte, Barranquilla se ha proyectado internacionalmente gracias a su carnaval, fiesta en la que se muestran la música, los bailes y las tradiciones de la región Caribe.

Las sabanas del Caribe: Se desarrollan en las tierras planas de los departamentos de Bolívar, Sucre y Córdoba. En ellas prosperan las haciendas ganaderas que pertenecen a poblaciones de origen hispano y europeo. La cultura se desarrolla en torno de la vaquería, la actividad de los peones ganaderos de origen mestizo y mulato, cuya tradición musical está presente en el porro, género cercano a la cumbia y el vallenato.

El valle delSinú: Tiene una población con marcada tradición indígena, los rasgos econó­micos de los sirio-libaneses y la presencia afrocolombiana. También se ha introducido la influencia económica de los emigrantes antioqueños. Este espacio se caracteriza por la presencia del latifundio o la gran hacienda, en torno al cual se han estructurado las relaciones entre los grupos sociales de la región.

La Sierra Nevada de Santa Marta: Se considera como una subregión debido a las características especiales de su relieve montañoso, en cuyas laderas se asentaron las aldeas tai- ronas en tiempos prehispánicos. Los indígenas arhuacos, koguis y wayúu habitan sus laderas en la actualidad, reunidos en varios resguar­dos que se encuentran protegidos por ley. En tiempos recientes, ha sido poblada por campesinos provenientes del interior que se han asentado en varias partes de la Sierra.

La Comunidad de San Basilio de Palenque: Esta comunidad, ubicada en Mahates, Bolívar, está integrada por los descendientes de los cimarrones, es decir, esclavos prófugos que, du­rante la época colonial, buscaron un refugio y se asentaron en este lugar entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Es una de las pocas zonas que conserva casi intactas las raíces culturales de los africanos que llegaron a nuestro territorio. La comunidad de San Basilio, iniciada y liderada por el esclavizado cimarrón Benkos Bioho, posee una len­gua propia, mezcla del Ki-kongo, idioma originario del sur de África, con el español. Los palenques, fueron frecuentes en la Colonia y consti­tuyeron espacios donde los africanos pudieron volver a su modo de vida ancestral en medio de la opresión esclavista.

SANTILLA, SABERES SER HACER. SOCIALES 7

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